 
Sistema
Inmunitario de las Mucosas
Organización
Anatomo – funcional
A nivel
de las mucosas existe un contacto íntimo entre el organismo y el
medio ambiente. La mayoría de los agentes infecciosos llegan al
cuerpo a través de ellas y el moco que las protege en todo su territorio
conforma una parte esencial del sistema inmune. Hay que recordar que la
superficie mucosa del cuerpo humano incluye las mucosas de la cavidad
oral, las vías respiratorias, tracto gastrointestinal y tracto
genitourinario. Las superficies mucosas son altamente vulnerables a la
penetración, colonización e invasión de microorganismos
patógenos. Sin embargo, el epitelio que constituye dichas mucosas
no es pasivo, sino que juega un papel activo en la respuesta inmune (RI)
y posee casi el 80% de todos los linfocitos del individuo, los cuales
se acumulan o circulan entre las diferentes mucosas.
Esta
respuesta está mediada por células especializadas como las
células presentadoras de antígenos (CPA) que cumplen un
papel importante en la selección o muestreo de los antígenos
y el desarrollo de la RI regional. Las células dendríticas
se activan en los epitelios estratificados y pseudoestratificados y las
células M se activan en epitelios escamosos, las cuales no son
CPA convencionales, pero transportan transepitelialmente los antígenos
y parecen participar de manera activa en el desarrollo de la RI (10).
Berroterán
y colaboradores (2003) estudiaron la prevalencia de H. pylori en
la cavidad bucal y afirman que dicha bacteria ha sido detectada en la
placa dental sólo como consecuencia de un reflujo gástrico,
pues es microbiota transitoria. A pesar de que hasta hace poco tiempo
se conocía al estómago humano como reservorio habitual del
microorganismo, investigaciones recientes asocian su actividad a la cavidad
bucal (placa dental), por lo que es aceptable la hipótesis de que
dicho ambiente constituya un medio para la transmisión de la bacteria.
La
superficie mucosa del intestino posee la mayor cantidad de tejido linfoide
de todo el organismo, puesto que está en presencia de antígenos
de una manera muy constante ya que estos están presentes en la
mayoría de los alimentos, drogas o microorganismos que ingresan
al organismo por vía oral. Este tejido linfoide tiene una disposición
organizada y otra difusa:
Disposición
organizada
Es un tipo de tejido linfoide asociado a las mucosas que se caracterizan
por presentar en su constitución folículos linfoides agregados,
representados por las placas de Peyer, y folículos aislados que
tienden a localizarse en colon y recto. En las placas de Peyer los agregados
están constituidos por folículos que contienen linfocitos
B IgA (centro germinal) y linfocitos B IgM e IgD (zona periférica).
También existen linfocitos T CD4+, linfocitos T CD8+, células
dendríticas foliculares y células dendríticas interdigitantes
(10).
Disposición
difusa
Es el otro tipo de presentación del tejido linfoide asociado a
mucosa que está involucrada en la estimulación de la respuesta
inmune y está formada por células dispersas que van a establecer
dos zonas bien diferenciadas. Estas zonas son: Compartimiento Linfocitario
Intraepitelial (LIE), que se localiza en las microvellosidades del intestino
delgado, y el Compartimiento Linfocitario de la Lámina Propia (LLP),
que como su nombre lo indica se localiza en la lámina propia de
la superficie mucosa de la vía gastrointestinal. El compartimiento
LIE tiene como población celular alrededor de 10-20% linfocitos
B y 80-90% linfocitos T, de los cuales 80-90% son linfocitos T CD8+ y
sólo un 10% corresponde a linfocitos T CD4+. Mientras que el compartimiento
LLP está constituido por linfocitos T CD4+ que representan un 60-70%
del total de linfocitos y de los cuales un 95% expresa un TCR α/β
y por linfocitos T CD8+ (con 30%). Los linfocitos B son en su mayoría
células plasmáticas, cuyo 80% son IgA, así como también
se localizan IgG e IgE. En la lámina propia se encuentran, además,
células dendríticas (CD), macrófagos, eosinófilos,
mastocitos y células asesinas naturales (NK, del inglés
Natural Killer) (10).
La
etapa inicial de las patologías gástricas a causa de H.
pylori se caracterizan por la liberación de varias sustancias
tóxicas por parte de la bacteria que se disuelven en el moco gástrico
y que difunden a la lámina propia, lo que estimula la migración
de neutrófilos, monocitos, linfocitos y otras células. Los
linfocitos T CD4+ son de gran importancia en las patologías que
se desarrollan a nivel gastrointestinal. Se dividen en 2 tipos funcionales:
células Th1 y células Th2 (Th1 y Th2, del inglés
T helper). Los Th1 producen IL-2, interferones (IFN) α y γ, IL-3
y factor de necrosis tumoral (TNF, del inglés Tumoral Necrosis
Factor) y los Th2 producen IL-4, IL-5 e IL-6. Ambos subtipos responden
a la activación de la IL-2, pero solo el subtipo Th2 responde a
la IL-4. La IL-1 e IL-8 son generadas directamente por los monocitos y
macrófagos durante la activación celular (13).
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