Evelio Corzo
“Los tratamientos estéticos en
el país no son practicados por profesionales calificados”
El embellecimiento físico que ofrece la cirugía estética
se logra a través de una imagen más atractiva que busca mejorar
el autoestima de la persona. El especialista es, para el paciente, la garantía
de unos resultados satisfactorios, por eso no existe ninguna razón
para que alguien se exponga a un tratamiento sin tener plena confianza en
quien lo desarrollará, total conocimiento de los procedimientos que
utilizará y sus potenciales consecuencias.
Evelio Corzo, Médico cirujano, no apoya las prácticas llevadas
a cabo por quienes arriesgan la integridad física de otros. ”A
los que realizan tratamientos estéticos sin preparación, sólo
por interés monetario, los considero parte del ejercicio ilegal de
la Medicina, en vista de que desarrollan procedimientos propios de la profesión
sin estar capacitados para ejercerla”.
El profesional competente se preocupa por mantener en su paciente una forma
estética aceptable y una función adecuada de la zona mejorada:
una nariz grande, unas mamas pequeñas, unos muslos robustos, un abdomen
voluminoso, unos glúteos planos, unas arrugas frondosas.
A decir de Corzo, “los pacientes tienen derecho
a ser atendidos por verdaderos profesionales que les expliquen los detalles
de la cirugía, y los posibles riesgos y complicaciones, para poder
hacer un balance costo-beneficio en el momento de tomar la decisión.
Pero, cuando son atendidos por personas que se hacen llamar especialistas
en estética, aumenta la posibilidad de que el paciente sufra daños
evitables”.
La consecuencia más habitual de una mala praxis en este campo es un
mal resultado, como por ejemplo, asimetrías en labios, cejas, párpados,
senos o glúteos y, adicionalmente, suelen aparecer abscesos e hinchazón.
Las asimetrías consisten en una diferencia de altura visible, en la
que una parte se encuentra más levantada o caída que la otra.
Estas desigualdades son causadas por inyecciones colocadas en zonas inadecuadas,
no por exceso de dosis, como podría creerse.
“En el caso de que la asimetría no afecte
las mamas o los glúteos, el paciente debe esperar entre seis u ocho
meses hasta que pase el efecto de la sustancia administrada para recuperar
la normalidad. De lo contrario, la prótesis se extrae y el paciente
requiere de una nueva intervención, durante la cual se abre otro bolsillo
para introducir el implante con el propósito de llevarlo a la posición
ideal”, sostiene el especialista.
El cirujano enfatiza que la hinchazón no es una complicación
sino un efecto secundario habitual en todo tratamiento estético. Implica
el aumento de la piel por la acumulación de líquidos en los
tejidos y, generalmente, la que se presenta en mesoterapias, liposucciones
y mamoplastias es localizada, lo que significa que está limitada a
una parte específica del cuerpo y su duración es temporal.
Corzo considera que dificultades médicas como los hematomas y los abscesos
suelen ser más habituales en pacientes atendidos por médicos
inexpertos. “Los hematomas son pequeñas
hemorragias coleccionadas en una zona del cuerpo del paciente, visibles en
la piel en forma de los conocidos morados”. Si un hematoma se
infecta se convierte en un absceso, definido por el galeno como una “acumulación
de pus que aparece en forma de chichones colorados en la piel, produce dolor
intenso y, en muchos de los casos, tiene que extraerse porque los antibióticos
no son suficientes para combatirlos”.
Pero los inconvenientes
físicos no son los únicos que merecen la atención del
experto, quien asegura que la inconformidad y la falta de motivación
en el paciente es una complicación grave para el cirujano. “Es
tan grave como un hematoma, la diferencia radica en que la duración
del hematoma puede equivaler a una semana, mientras que una insatisfacción
personal derivada de un efecto secundario indeseado y desconocido puede prolongarse
meses o años”.
Y dentro de las complicaciones más graves que puede enfrentar un médico
se encuentran las hemorragias, infecciones y necrosis (muerte de la piel).
A decir de Corzo, las infecciones son frecuentes en todo tipo de tratamiento,
tanto quirúrgico como no quirúrgico; no obstante, “en
cirugía plástica y en otros tratamientos estéticos la
piel y los tegumentos están más expuestos a ser contaminados
como resultado de la negligencia de quienes los manipulan”.
Cabe preguntarse entonces, ¿el paciente corre el riesgo de perder la
operación? “Si la infección es severa,
puede afectar los resultados de una operación, hasta llegar al grado
de arruinarla y forzar su repetición. Por ejemplo, esta dificultad
puede lograr que la cicatriz original se ensanche, lo que significa que su
tamaño deja de ser poco visible y disimulado para convertirse en una
herida notoria. Si esto ocurre, es necesario esperar un periodo prudencial
de dos o tres meses para que la cicatriz cierre y pueda llevarse a su estado
original, una vez que la infección haya cesado”.
El paciente también corre el riesgo de ser presa fácil de los
“mercaderes de la Medicina”, frase con la que Evelio Corzo
califica a quienes, lejos de corregir defectos a través de su experticia,
aportan incomodidades y perjuicios originados por negligencias intelectuales
y prácticas. En sintonía con esta situación, el auge
de los tratamientos estéticos que prometen cumplir el deseo de verse
mejor, exige profesionales calificados para ello y pacientes conscientes de
que cambiar de aspecto tiene sus riesgos.