Title
Characteristics of
Paracoccidioides brasiliensis conidia
Abstract
Research on Paracoccidioides brasiliensis has centered in the yeast
cell probably because the lack of distinctive features in the mycelium. In 1942
and for the first time, lateral spores were noticed in the fungus' hyphae. Later
on, Brazilian, Venezuelan and Argentinean researchers described “aleurias”
in cultures done in natural substrates. Since 1972 we became interested in the
conidia; we have obtained them in large numbers and have treated them as individual
units. Their shape and size have been defined and the presence of all the elements
of a competent eukaryotic cell have been demonstrated. Conidia exhibit thermal
dimorphism and in mice, are able to convert to yeasts producing progressive
pulmonary lesions with further dissemination to other organs. The preference
for the male gender has been clearly demonstrated in mice. Studies on the macrophage-conidia
interaction are revealing that these versatile structures allow a better understanding
of the host - P. brasiliensis interactions.
Key
words
Paracoccidioides brasiliensis,
mycelium, conidia features, infectious propagula, dimorphism, experimental model,
paracoccidioidomycosis.
Introducción
Generalidades
sobre la Paracoccidioidomicosis
La paracoccidioidomicosis (PCM) es una enfermedad endémica severa que
ocasiona morbilidad y mortalidad importante en personas residentes en la zona
endémica, restringida a América Latina. Es producida por el hongo
dimórfico Paracoccidioides brasiliensis, el que se comporta
como una levadura a 36-37ºC y como un moho por debajo de 26º C. La
PCM es más frecuente en adultos y en agricultores, predominando en hombres
con una relación de 15 hombres por una mujer (1-6).
Cerca del 80% de los casos informados corresponden al Brasil, país al que siguen a gran distancia Venezuela, Colombia y Ecuador (2,3,5). En el Brasil la incidencia anual oscila entre 1-3 casos por 100.000 habitantes (3,7). Para Colombia esta cifra es menor y varia entre 0,1 – 2,4 casos por millón de habitantes (8). En cuanto a la mortalidad, se ha reportado que en Brasil y para el período comprendido entre 1980 y 1995, el coeficiente de mortalidad alcanzó la cifra de 1.486 muertes por millón de habitantes (7). En Colombia no se conoce la tasa de mortalidad pero se tienen datos sobre la frecuencia de la infección subclínica medida por la reactividad a la prueba intradérmica con paracoccidioidina, la que en personas sanas es de 9% (9). Cifras mayores han sido obtenidas en otros países como Brasil y Venezuela (2,3). Es preocupante observar cómo en el Brasil ha ocurrido un aumento importante en el número de casos en niños y en aborígenes, grupos éstos en los cuales la enfermedad era considerada inusual; este incremento ha sido atribuido a exposición temprana o masiva al hongo como consecuencia de actividades relacionadas con la deforestación (5,9).
El hábitat preciso de P. brasiliensis en la naturaleza es aún desconocido, pero se acepta que la infección ocurre por inhalación de las propágulas producidas por la fase miceliar del hongo, las cuales ocasionan una afección pulmonar primaria (2,10). El contacto del hongo con su hospedero accidental puede dar lugar a infección subclínica asintomática o a enfermedad clínicamente manifiesta; esta última puede revelarse bajo formas diversas dependiendo de la edad (formas juvenil y del adulto) y de la condición inmune del hospedero (aguda-subaguda o crónica) (2,3,11). Usualmente, el paciente con PCM llega a la consulta médica tardíamente, cuando ya la enfermedad ha progresado en el parénquima pulmonar, como lo revela la presencia de fibrosis al momento del diagnóstico en cerca del 20% de los pacientes (12). Por consiguiente, no es posible conocer las etapas iniciales resultantes de la interacción hospedero - P. brasiliensis, etapas que deben ser exploradas en modelos experimentales.
Poco se conoce sobre los mecanismos de virulencia que le permiten al hongo adaptarse a las condiciones presentes en el tejido del hospedero, para iniciar la colonización y proceder a la invasión (3,4,6). No obstante, puede asumirse que el dimorfismo es un factor de virulencia indispensable, pues en su ausencia no se daría la conversión de las conidias en levaduras en el pulmón, interrumpiéndose así la infección. Tal conversión dimórfica es la regla en modelos experimentales y se observa en cada paciente, por ende, su significado en la patogénesis de la PCM es claro (2,13).
Características
de los propágulos de P. brasiliensis.
La forma levadura identifica al hongo ya que su aspecto es característico;
se trata de una célula madre reproducida por gemación múltiple,
dando lugar a varias blastoconidias hijas, las cuales adoptan el aspecto de
un timón de barco. La gemación múltiple permite la identificación
del hongo tanto en los tejidos del paciente como en los cultivos incubados a
temperaturas de 36-37º C (2,3). La abundancia de este tipo de reproducción
y la relativa rapidez de crecimiento de la levadura (alrededor de una semana),
explican su frecuente uso en estudios experimentales (3,11). Las levaduras,
así como también el micelio, son multinucleadas (14).
La forma miceliar obtenida a temperaturas entre 4 y 26 º C, presenta características diferentes a las de la levadura, siendo sus colonias de crecimiento lento (aproximadamente 3 semanas) y están constituidas por micelios aéreos delgados, ramificados y provistos de septos; solamente se observan clamidosporos laterales e intercalares y a veces, se anota también la presencia de unas pocas estructuras reproductoras (conidias) (2,3). Estas últimas pueden observarse en ciertos aislamientos y bajo condiciones especiales como se describe en detalle a continuación (2).
Datos
históricos sobre las conidias de P. brasiliensis.
Las primeras anotaciones sobre la existencia de estos propágulos fueron
hechas en 1942 por Conant y Howell, investigadores norteamericanos que emprendieron
un estudio comparativo de los agentes de las blastomicosis americanas, así
llamadas por aquella época. Ellos anotaron la presencia de esporas laterales
en el agente de la enfermedad suramericana (15). Posteriormente (1951), Neves
y Bogliolo en el Brasil describieron la producción de “aleurias”
(esporos que nacen terminal o lateralmente de una célula conidiógena),
al cultivar el hongo en un medio de cultivo sólido con harina de maíz;
fueron ellos también quienes encontraron por primera vez que los medios
ricos en glucosa, tipo Sabouraud, eran inadecuados para su producción
(16).
Algunos años después
(1955) Borelli observó la producción de abundantes “aleurias”
en microcultivos preparados en el mismo medio señalado arriba, y también
en harina de frísol (o frijol) (17). Posteriormente (1961), este investigador
encontró que, previa esterilización, muestras de tierra y de excrementos
de animales también permitían la esporulación de la fase
miceliar de P. brasiliensis (18). La observación microscópica
de estas estructuras fue lograda, igualmente, por Negroni en 1966 (19). Años
después (1971), también Pollak logró obtener el desarrollo
de conidias usando medios pobres (20). Sin embargo, fue Borelli quien describió
más detalladamente las conidias, cuestionando su papel en la reproducción
de P. brasiliensis (18).
Los estudios anteriores fueron de tipo descriptivo y no llegaron a determinar
las características de las conidias mismas ni a explorar sus capacidades
como unidades reproductoras. Esta carencia de información sobre tales
propágulos y, al mismo tiempo, el deseo de conocer la función
que las conidias del hongo podrían cumplir en su ciclo de vida, llevó
a emprender una serie de estudios sobre el tema, como se describe más
detalladamente a continuación.