Los exámenes
paraclínicos son útiles para ayudar a establecer la severidad
del problema y para confirmar el diagnóstico basado en la
sospecha clínica. Los
"exámenes de rutina" rara vez son de ayuda y el chance
de falsos positivos, que pueden confundir el diagnóstico,
aumenta con el número de exámenes realizados. La presencia de
anemia severa es frecuente y puede estar condicionada por
eritropoyesis ineficiente (histoplasmosis, leishmaniasis
visceral, malaria), por infiltración de médula ósea
(neoplasias), por hemólisis (drepanositocis, malaria, LES,
leishmaniasis visceral) o por hiperesplenismo. Estos mismos
mecanismos, o la presencia de CID (malaria grave) pueden causar
trombocitopenia y neutropenia. Neutropenia con linfocitosis
relativa sugiere leishmaniasis visceral, histoplasmosis severa o
neoplasias; leucocitosis con eosinofilia sugiere PCM o
toxocariasis o reacción de hipersensibilidad a drogas.
Linfocitosis >50% con >10% de linfocitos atípicos sugiere
mononuclosis infecciosa, generalmente por EBV. El frotis de
sangre periférica es de gran utilidad en la evaluación inicial
de estos pacientes, pues permite el diagnóstico definitivo de
malaria y orienta hacia otras posibilidades (drepanositocis,
mononucleosis, leucemia). Los reactantes de fase aguda (proteina
C reactiva, VSG) usualmente están aumentados en casi todas las
causas de HEF y son inespecíficos.
Las transaminasas pueden estar
moderadamente elevadas en varias entidades, particularmente en
infección por EBV, sepsis y en aquellas que cursan con hepatitis
granulomatosa. Las hepatitis virales (HV) agudas excepcionalmente
cursan con HEF, y su presencia debe sugerir cirrosis
post-necrótica con hipertensión portal. Hipoalbuminemia con
inversión del radio albúminaglobulina es particularmente severa
en leishmaniasis visceral, incluso con proteínas totales
elevadas por activación policlonal de linfocitos B; en esta
entidad la prueba de formol gelificación estrictamente realizada
e interpretada es de gran valor diagnóstico. En niños menores
de 5 años el monotest no es sensible para el diagnóstico de
infección por EBV. El hemocultivo es diagnóstico en sepsis y
fiebre tifoidea. La radiografía de tórax puede mostrar
infiltrados algodonosos bilaterales y adenopatías mediastinales
en PCM , infiltrados intersticiales y peribronquiales en
neumonitis intersticial linfoidea, calcificaciones hiliares
basales precoces en histoplasmosis, ensanchamiento mediastinal
por adenopatías en linfoma o neuroblastoma, imágenes de
neumonía oportunista en leishmaniassis visceral, VIH y
neoplasias o de edema pulmonar no cardiogénico en malaria grave.
La TBC puede producir cualquier imagen radiológica y el
"complejo primario" no es patognomónico de esta
entidad. El ecosonograma abdominal puede ser útil en casos
seleccionados y es el método de imagenología de elección como
despistaje inicial: puede mostrar imágenes focales en hígado o
bazo (EAG, abscesos piógenos o micóticos) y masas abdominales
(linfoma, neuroblastoma). La tomografía axial abdominal se debe
utilizar para precisar los hallazgos del ultrasonido o para
determinar extensión de enfermedad en el caso de neoplasias. No
se ha demostrado que la resonancia magnética ofrezca ventajas
sobre otros métodos de imagenología en este contexto.