En 1868 Paul Langerhans, un estudiante de medicina del Instituto de Patología de Berlin, describe las células que llevan su nombre como células dendríticas suprabasales en la epidermis humana. Por muchos años, se creyó que las células Langerhans pertenecían al Sistema Nervioso Periférico (SNP), debido a que se teñían con cloruro de oro al igual que tejidos del sistema nervioso. No fue sino hasta 1965, cuando estas células son relacionadas morfológicamente con los macrófagos, sugiriendo un origen mesenquimático4. En 1966, Campo-Aasen y Pearse demuestran por procedimientos histoquímicos que las células de Langerhans expresan enzimas específicas de los macrófagos5.

Dibujo de Paul Langerhans de las células homónimas
publicado en el artículo original de 1868.

Las células de Langerhans intervienen en la respuestas inflamatorias de la piel, participando activamente en la fase de inmunoestimulación de la respuesta inmunitaria mediante su interacción con los linfocitos T, la cual ocurre en los órganos linfoides secundarios. Las células de Langerhans, durante el desarrollo de la respuesta inmunitaria, pueden generar tres tipos de señales: 1) Señal 1- factores asociados con captura, procesamiento y asociación a moléculas del complejo principal de histocompatibilidad (MHC-II); 2) Señal 2- factores asociados con presentación antigénica ej. moléculas de adhesión y coestimulación; 3) Señal 3- factores asociados con la inmunidad local como son la migración y el anidamiento, con su consecuente producción de citocinas, quimiocinas, y receptores a componentes de la matriz extracelular6.

Concepto de las 2 señales de la activación linfocitaria.