Virus ébola

Uno de los virus más temidos junto con el VIH y que ha trascendido el ámbito científico para protagonizar hasta novelas de ciencia/ficción, es el virus Ebola (7). Este filovirus es un virus de tipo ARN de polaridad negativa, es decir que su genoma debe ser transcrito previamente para generar el ARN mensajero usado para la síntesis de proteínas virales. La infección por el virus Ebola, así como por otro filovirus africano, el virus Marburg, se caracteriza por un alto índice de mortalidad. Asociado a la alta patogenicidad de este virus, está el hecho de que su proteína de envoltura, tanto en su forma estructural como el producto de secreción, parece interferir con el sistema celular y humoral, previniendo que se desarrolle una respuesta inmune en el huésped (8, 9). Se han descrito 4 subtipos de virus Ebola y uno solo para el virus Marburg.

Una característica enigmática de la infección por virus Ebola es que ocurren brotes en humanos después de largos silencios epidemiológicos. Mientras que los distintos subtipos del virus Ebola difieren hasta en un 47%, las infecciones distanciadas por largos años y hasta en localidades y países distintos se caracterizan por virus que son muy similares genéticamente (10, 11). Estos aspectos epidemiológicos sugieren la existencia de un reservorio animal para este virus. Aunque no han sido escasos los intentos por identificar animales susceptibles a la infección (12), no es sino recientemente que se han encontrado evidencias de secuencias del genoma viral en mamíferos terrestres, específicamente en roedores y musarañas (13,14).