El presente texto se desarrolla sobre la idea de que la ciencia debe estar al servicio de la humanidad, más ahora cuando se están produciendo profundas transformaciones a nivel mundial en los campos social, económico, científico y tecnológico, procesos en los que la generación de saberes ejerce un rol protagónico.
En este sentido, el autor llama la atención en torno a la importancia de conformar equipos multidisciplinarios orientados a generar conocimientos al servicio de nuestras sociedades.
Se reflexiona acerca de la concepción de la ciencia como un producto cultural sometido al juego del poder, observándose que esto puede llevar a la discriminación de aquellos considerados culturalmente diferentes. "Así como pretendemos desechar como condenada a desaparecer a sociedades pequeñas con historias milenarias, otros pretenden ser depositarios del poder de decidir sobre el futuro de la investigación científica en países como el mío" - expresa Patarroyo.
Manuel Elkyn Patarroyo invita a la consolidación de la investigación en nuestros países con el propósito de que "no se nos coloque como culturas que la ciencia y la técnica consideran por fuera de la ciencia y la tecnología".
Estima necesario para el logro del objetivo planteado en el texto la implementación de una ética humanista al servicio de la ciencia, basada al menos en dos grandes principios, el primero de ellos sería el de reconocer nuestras limitaciones para luego respetar los valores ajenos.