Introducción

Paracoccidioides brasiliensis es un hongo dimórfico patógeno, causante de la micosis sistémica más frecuente en América Latina, única región geográfica en la que se encuentra este agente. La característica dimórfica, es decir, su capacidad de mudar de una fase micelial (M) saprófita a 23º C (Figura 1a) a una fase levaduriforme (L) a 37º C (Figura 1b), está relacionada con la patogenicidad, no sólo en P. brasiliensis sino también en otros hongos patógenos como Histoplasma capsulatum y Blastomyces dermatitidis. Hay factores nutricionales y de temperatura que modulan este fenómeno. En el caso de P. brasiliensis, el cambio de temperatura es el único requisito para iniciar el proceso dimórfico [1].

La mayoría de las personas infectadas sólo desarrollan una paracoccidioidomicosis (PCM) asintomática o subclínica, la cual puede progresar hacia una enfermedad con múltiples formas clínicas [2], que dependen de factores en el huésped o ambientales y de la virulencia fúngica [3]. Una reactividad muy alta a la paracoccidioidina (60-75%) en la población adulta de regiones endémicas, apunta a cifras cercanas a los 10 millones de personas infectadas en América del Sur, aunque sólo es una fracción la que desarrolla la enfermedad [4]. Aun cuando el contacto con P. brasiliensis es esencialmente el mismo para personas de cualquier sexo, la PCM es, de 13 a 87 veces, más frecuente en hombres que en mujeres, por lo cual se presume la existencia de condiciones hormonales influyendo en el desarrollo de la dolencia [5].