Conclusiones y perspectivas

En la región del Caribe sólo los moluscos competidores han producido resultados positivos en cuanto al control biológico contra los hospederos intermediarios de la esquistosomiasis mansoni. Sin embargo, estos resultados dependen estrechamente del tipo de hábitat considerado. Numerosos factores intervienen en este tipo de lucha, y sólo un correcto conocimiento de la biología de los organismos que se utilizan (competidores y moluscos blanco) así como de la ecología del medio acuático, permitirá, desarrollar un programa de lucha con alta probabilidad de éxito.

Actualmente, las introducciones de moluscos exóticos se multiplican en la región del Caribe por causa del aumento de intercambios comerciales y en particular del comercio de plantas acuáticas relacionado con la piscicultura. Este fenómeno involucra a especies susceptibles de jugar el papel de hospedero intermediario de parásitos, como los planórbidos (por ejemplo Biomphalaria straminea) o los lymnaeidos (por ejemplo Lymnaea columella) o bien moluscos, que por el contrario pueden contribuir a la eliminación de las poblaciones de esos hospederos como ampullaridos o thiaridos. Las invasiones más espectaculares que se han observado durante los últimos años, son las de Tarebia granifera y Melanoides tuberculata. Estas dos especies continúan colonizando las Antillas Mayores y Menores, así como los países de la región del Caribe como Venezuela, Colombia, México, etc. Estas dos especies, de muy alta capacidad de dispersión, son capaces de colonizar la mayor parte de los cuerpos de agua donde pueden contribuir de manera significativa, a la disminución de las poblaciones de Biomphalaria, lo cual está estrechamente ligado al tipo de hábitat. Esta situación parece hoy irreversible, y deberá permitir un control adecuado de especies responsables de la esquistosomiasis en la región del Caribe.