Nacido para la ciencia

Los primeros años de José María Vargas transcurrieron en su ciudad natal, la Guaira (Norte de Caracas, Venezuela), siendo sus padres Don José Antonio Bargas Machuca (originalmente, el apellido Vargas se escribía con "B" y no con "V") y Ana Teresa de Jesús Ponce. Aunque su familia no pertenecía a la aristocracia criolla, la actividad comercial de su padre, oriundo de las Islas Canarias, permitió a la misma vivir con ciertas comodidades económicas. Mas, eso no significó que en determinados momentos experimentaran serias dificultades.

Siendo aún niño, su natural inclinación hacia la ciencia ya parecía manifestarse. El historiador Augusto Márquez Cañizales, al referirse a dicha época, destaca lo siguiente:

Gozaba así de una soledad prematuramente reflexiva al enfrentarse a la admiración de aquella naturaleza tan hosca, obsesionante y cálida. Saltando por sobre los acantilados recogía a menudo pequeños moluscos, algas y otras especies que el mar arrojaba a la playa; se detenía a observar con cuidadosa atención la lucha entre dos cangrejos (...) y guardaba en sus bolsillos pidrezuelas, conchitas calcáreas y aquellos caprichosos juguetes de madera que el frote continuo de las olas pule en maravillosa forma para el deleite de los ojos (12 ).

Más adelante, será el propio Vargas quien se refiera a sus ansias de conocimiento y aprendizaje como una de las características más prominentes de su personalidad:

De los 12 a los 19, cerca de los 20 ( años de edad) pasé mi vida en un Colegio lleno de deseos de aprender, entregado a un estudio asiduo, con la mayor aplicación; ¡pero cuán desgracidado fui en haber nacido en mi país! Sin maestros, sin métodos, sin útiles establecimientos, sin recursos, me entregué a aprender lo único que en mi país se conocía imperfectamente y estudiaba... (9).

En efecto, en 1798 fue enviado a Caracas para que ingresara en el Seminario Tridentino, continuando posteriormente su formación en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, de la cual salió en el año 1808. Al momento de culminar esta primera etapa de formación académica, contaba con los siguientes títulos: Bachiller en Filosofía ( 1803), Maestro en Artes (1806) y Doctor en Medicina (1808).

Cabe destacar que durante su estadía en ambas instituciones, la actuación de José María Vargas fue sobresaliente, haciéndose acreedor del aprecio tanto de profesores como de compañeros. No en vano, en más de una oportunidad, algunos de sus maestros universitarios, al no poder impartir clases por algún inconveniente, le solicitaban la realización de una suplencia.

Una vez graduado de Médico, esta ilustre figura pasó una temporada en Caracas y en la Guaira para luego, en 1809, partir hacia Cumaná ( Estado Sucre, costa oriental venezolana), ciudad donde inició su labor profesional. Encontrándose en aquellas tierras se llevó a cabo la Declaración de Independencia, realizada por la Junta Suprema de Caracas el 19 de abril de 1810, noticia que rápidamente llegó a las demás provincias de la entonces Capitanía General de Venezuela.

En 1812, regresó a la Guaira soprendiéndolo allí, en el mes de marzo, un terremoto que causó grandes estragos y pérdidas no sólo en dicha ciudad sino también en Caracas, Barquisimeto, Mérida, El Tocuyo y San Felipe. Según lo reseñado al respecto por www.efemeridesvenezolanas.com, "...se calcula que en Caracas perecieron unas 10.000 personas, cuando la población era de unas 44.000 almas y en La Guaira 3.000".

Éste es otro de los momentos más destacados en la biografía de este científico venezolano, pues sus autores coinciden en resaltar la entrega y vocación con la cual aquel hombre de 26 años atendió a los heridos, realizó operaciones quirúrgicas, ayudó al traslado de los cadáveres, colaboró con distribución de las pocas medicinas y alimentos que quedaban y participó en la instalación de un hospital improvisado.

En este sentido, el historiador Márquez Cañizales relata que "La Municipalidad de La Guaira en premio a los servicios prestados designó al doctor Vargas en mayo de ese año Médico de Sanidad y recomendó al ejecutivo su nombramiento para el desempeño de importante cargo en el Hospital General..." (13)

A finales de 1813, contando con 27 años, partió para Escocia e Inglaterra, a fin de continuar su preparación como médico y científico. Con respecto a los cinco años que permaneció en aquel lugar, el autor anteriormente mencionado, también describe lo siguiente:

Agota el aprendizaje de la anatomía, la cirugía, la obstetricia, la química y la botánica, obteniendo de sus profesores certificados honrosísimos al final de sus cursos. Gradúase en el Colegio de Cirujanos de Londres, el cual confiere además diploma especial como cirujano oculista. Sigue un curso completo de cirugía dentaria y el tiempo libre de que dispone, (...) lo dedica (...) a la mineralogía, así como al perfeccionamiento del inglés y francés, idiomas que llega a dominar tan fácilmente como el castellano (14 ).

Luego, continuó su periplo dirigiéndose a Francia, para después, en 1817, volver a América instalándose durante ocho años, aproximadamente, en la Isla de Puerto de Rico, donde su familia tenía una hacienda hacia la cual se habían trasladado debido al ambiente de turbulencia política reinante en Venezuela, durante aquellos años de lucha independentista.

Finalmente, José María Vargas regresó a su país natal en 1825, casándose en el 26 con doña Encarnación Maitín de del Castillo. Sin embargo, su vida matrimonial no fue muy duradera pues al año, su enfermiza esposa falleció.

Desde el momento de su retorno, esta figura se unió a la Universidad de Caracas en calidad de docente, impartiendo clases de Anatomía. En el año 1827, fue elegido rector de esta casa de estudios, cargo que ejerció durante dos años con brillantes resultados, regresando nuevamente a sus labores como profesor y como científico hasta 1935, cuando resultó elegido Presidente de la República, responsabilidad a la cual renunció de manera irrevocable en 1936.

Desde ese momento, la vida del Doctor Vargas se consagró definitivamente al ejercicio de su profesión médica, científica y docente, quedando poco vinculado a la actividad política, salvo en muy contadas excepciones. Víctima de una enfermedad señalada por Emmanuelle Amodio como cáncer de próstata (18), viaja a Nueva York ( Estados Unidos), donde fallece el 13 de julio de 1854, a los 68 años de edad.

Andrés Eloy Blanco destaca que aún en estas condiciones, la vocación de Vargas hacia las ciencias no se vio mermada, pues en su testamento expresó, entre sus últimas voluntades, el deseo de someter su cuerpo a una autopsia para permitir el estudio de la dolencia causante de su deceso (2).