Dermatitis
seborreica e infecciones por Malassezia
Los pacientes HIV positivos presentan, con elevada frecuencia, un cuadro clínico semejante a la dermatitis seborreica clásica. Sin embargo, esta afección es algo distinta, pues difiere en la composición química de los lípidos del sebo cutáneo y en su distribución topográfica. La dermatitis seborreica asociada al SIDA es más eritematosa, presenta un curso más explosivo y tiene mayor tendencia a recidivar. Predomina en el cuero cabelludo, la frente, el mentón, los párpados y el tronco. Produce blefaritis y suele acompañarse de foliculitis por Malassezia (Pityrosporum). M. furfur (P. ovale) no es el agente primario de esta enfermedad, ya que se trata de un proceso multifactorial, pero desempeña un papel importante como agente desencadenante y las drogas antifúngicas disminuyen o curan la dermatitis seborreica de estos enfermos (43, 66).
Llama la
atención que la pitiriasis versicolor no es más frecuente en los
sujetos HIV positivos y que tampoco se observan las formas sistémicas
de infección debidas a esta levadura lipofílica, tal como han
sido vistas en otras enfermedades que cursan con inmunodepresión
(48).
La presencia de dermatitis seborreica está relacionada con la gravedad del cuadro clínico general de los pacientes, así se la observa en el 83 % de los enfermos con infección avanzada por HIV, en el 42 % de los que padecen manifestaciones moderadas de SIDA y en el 20 % de las personas HIV positivas con poliadenopatías. Es considerado un marcador temprano de la tendencia evolutiva de la infección por HIV, ya que suele aparecer cuando los recuentos de linfocitos CD4 son inferiores a 400/µL (2).
La foliculitis por Malassezia, aparecen como pápulo-pústulas pequeñas, en la cara y el tronco, sin comedones (2).
El cuadro
histológico de la dermatitis seborreica en SIDA difiere del observado
en otros casos por la presencia de abundantes infiltrados plasmocitarios.
Las pruebas de sensibilización por contacto a los antígenos de
M. furfur son negativas, en tanto que la producción de anticuerpos
específicos es muy activa y la reacción de ELISA da resultados
positivos con títulos altos (66).
La dermatitis seborreica responde bien a los azólicos de uso tópico, clotrimazol o ketoconazol, así como a los corticoides locales. En el caso de las formas foliculares se indica habitualmente ketoconazol por vía oral, a razón de 200 mg/día durante dos semanas. Las pápulas eosinofílicas foliculares son observadas en el 20 al 30 % de los pacientes con enfermedad avanzada por HIV. El papel de los hongos en esta afección es controvertido, ya que a veces coexisten con infecciones fúngicas progresivas y se han observado mejorías de las pápula eosinofílicas con el tratamiento oral en base a itraconazol (2).