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Finales
La bella obra de Donizetti nos muestra jocosamente una trama en la cual los personajes interactúan con aspectos diversos de fantasías de perfección. Para Freud, el narcisismo quedaba definido como la inversión libidinal o interés amoroso por sí mismo; la investidura libidinal en el self, podríamos decir hoy. Tal posición no permitía para él, la posibilidad de amar a otro. Quien amaba a otro en contrapartida, investía libidinalmente al objeto y quedaba sin "amor" en sus propias representaciones. El enamorado quedaba así empobrecido a expensas de la exaltación del ser querido.
En la clínica vemos en la actualidad cuan
mucho más complejas son las relaciones amorosas. El enamorado
relativamente sano ensalza y valora a la persona amada pero
también, si es correspondido, incrementa su narcisismo, se
siente mejor, con mayor autoestima y no empobrecido. Pero el amor
de las personalidades narcisísticas es complicado ya que el
interés y propósito de la relación es alcanzar de algún modo
o defender a toda costa la supuesta idea fantástica de la
perfección. Si el sujeto la percibe dentro de sí, despreciará
a quien en el fondo ama (Adina a Nemorino), le hará sufrir para
confirmarse superior y perfecto. Quien por el contrario persigue
la perfección por sentirla externa, se menosprecia y más que
amar, idolatrará a la persona que supone tener las perfecciones.
Es el caso de Nemorino.
Para alguien como Belcore, con sus representaciones y objetos grandiosos, el amor no requiere torturar y despreciar tanto a la persona amada. Cualquiera le servirá, si no es Adina, será otra, no importa. Lo central es que lo admire y le confirme la maravillosa perfección de sus representaciones. Podría mantener una pareja estable con cualquiera que lo idolatre continuamente.
Finalmente Dulcamara. Encontró la profesión justa para su narcisismo. El es el embaucador y timador que no se entristece en privado por ser un fraude. Administra la mentira, y su perfección necesita del triunfo sobre los otros. Ellos los otros- son los tontos, los rústicos. Pero cómo los necesita para mantenerse a flote. Su gran temor es que los tontos descubran su verdad. Por ello no podrá mantenerse estable en ninguna relación y de pueblo en pueblo viajará para embaucar por unos cuantos días.
Por supuesto que las patologías del
narcisismo hacen difíciles las relaciones de pareja. El
narcisismo normal se fortalece y nutre en las relaciones amorosas
sanas. El noviazgo como proceso, muestra mucho de la dinámica
narcisa del vínculo, con las exaltaciones e idealizaciones que
generalmente conlleva. Las sociedades, sabias por experiencia,
han establecido como conveniente que los novios
"esperen". Se dice que para conocerse, lo cual implica
que en los momentos del noviazgo inicial, con incremento del
régimen de narcisismo, las personas no pueden conocerse mucho y
reina la fantasía. El noviazgo tendrá en parte la función de
mitigar las fantasías de perfección propias y de la persona
amada y permitir la gran fortuna de lograr un amor menos centrado
en esas fantasías narcisísticas de perfección.
Nuestra cultura romántica valora y ensalza el amor tormentoso narcisístico. Tendemos a añorar los tormentos del enamoramiento con sus imágenes de perfecciones. Los poetas tienden a escribir igualmente sobre las pasiones que resultan de ese estado de búsqueda y defensa de la perfección. Por eso no son frecuentes ejemplos como el que de manera breve, quisiera presentar: un poema al amor relativamente sano y depurado de exagerado narcisismo. Es el Soneto 130 de Shakespeare.
My
mistress' eyes are nothing like the sun; |
Los ojos
de mi amada no son nada como el sol; El coral es más rojo que el rojo de sus labios; Si la nieve es blanca, su pecho es moreno; Si el cabello es alambre, alambres negros son en su cabeza He visto rosas damasquinas, rojas y blancas, Pero tales rosas no veo en sus mejillas; Y en algunos perfumes hallo más delicia Que en el aliento que emana mi amada. Amo su hablar, más bien sé yo Que la música tiene más grato sonido; Acepto no haber visto a una diosa andar; Mi amada, al andar, golpea la tierra. Y sin embargo, por el cielo, creo que es tan especial Que ante ella comparar es falsedad. |
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