Introducción
El metanol es utilizado comúnmente como un solvente orgánico industrial,
se ha desarrollado su uso como combustible alternativo y se encuentra a la disposición
del público en una amplia variedad de productos. La utilización
tan expandida de esta sustancia, incrementa la probabilidad de la exposición
aguda o crónica al mismo y subraya la importancia de conocer los mecanismos
fisiopatológicos responsables de su toxicidad.
En la actualidad, son bien conocidos los efectos del envenenamiento por metanol
en el sistema nervioso central (SNC) y especialmente en las vías visuales.
La ceguera o déficit visual severo son posiblemente las secuelas más
frecuentes en el hombre. Además, por su acción a nivel de la maquinaria
energética mitocondrial, la intoxicación crónica por metanol
ha sido utilizada experimentalmente como un modelo de neuropatía óptica.