Conclusiones

El Panel de Expertos del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos de América (1-3), sugiere varios aspectos que son fundamentales para disminuir la tasa de transmisión de la infección y realizar un manejo temprano en los pequeños pacientes:

  1. Determinar la rutina en la mujer embarazada, la serología para VIH.
  2. Realizar el protocolo ACTG 076 (Uso de ZDV en la mujer embarazada VIH positivo y en el hijo durante las primeras seis semanas de vida).
  3. Informar el riesgo de transmisión a través de la lactancia materna.
  4. Diagnóstico precoz en el recién nacido, en los primeros seis meses de vida y si es posible en el primer mes de vida.
  5. El diagnóstico precoz conlleva a colocar tratamiento antiretroviral lo más pronto posible en el período neonatal o en el lactante menor.

El aspecto más importante que hay que tomar en cuenta es el diagnóstico precoz del VIH en la mujer embarazada para poder instaurar tratamiento lo antes posible y evitar la factibilidad de que su hijo sea portador del virus.

Si la mujer embarazada tiene un VIH positivo, no ha sido diagnosticada y está sin tratamiento, la posibilidad de transmitir el virus de madre a hijo es de un 30%. Este escenario cambiaría si la mujer recibe terapia antiretroviral y si se manejan algunas cosideraciones obstétricas, puesto que se disminuiría de un 30% a un 8%. Por lo tanto, el obstetra debe:

  1. Realizar la prueba de VIH de rutina en la embarazada
  2. Descartar enfermedades de transmisión sexual que pueden estar en estado de coinfección con el virus de VIH (sífilis, clamidia, gonococo, etc), patologías que aumentaían la tasa de transmisión del virus.
  3. Tratar que el modo de parto sea la cesárea electiva
  4. Manejar las infecciones intraútero como la corioamnionitis.

Definitivamente, el manejo del VIH materno y pediátrico debe ser realizado por un equipo multidisciplinario, debido a que el obstetra y el pediatra juegan un papel fundamental en las recomendaciones y en la terapéutica adecuada.

Declaración 27 de Junio de 2001. Naciones Unidas
"Reducir la proporción de infantes infectados con VIH en un 20% para el 2005 y en un 50% para el 2010, asegurando que el 80% de las mujeres embarazadas que acuden a consulta prenatal tengan la información, el consejo y otros servicios de prevención para VIH disponibles para ella, aumentando la disponibilidad y dando el acceso a tratamiento efectivo para la mujer y el niño infectado para reducir la transmisión madre-hijo del VIH, así como también ofrecer intervenciones efectivas que incluya el consentimiento y la prueba de carácter confidencial y voluntaria, acceso a tratamiento, sustitutos de la leche materna y un contínuo seguimiento de la madre y el niño".(23)