Manifestaciones
clínicas
La NPC se manifiesta por fiebre, disnea, tos, pérdida de peso e insuficiencia respiratoria. La exploración física evidencia taquipnea, taquicardia y afectación variable del estado general. La auscultación pulmonar puede ser normal o mostrar alteraciones en los ruidos respiratorios como bulosos y crepitantes (5,9,10,14).
Los datos del laboratorio son inespecíficos, los valores de LDH sérica típicamente están elevados y la gasometría arterial puede mostrar hipoxemia o hipocapnia. En la radiografía de tórax se observa un infiltrado pulmonar intersticial que afecta a campos medios y raramente pueden observarse imágenes de condensación alveolar, neumotórax, derrame pleural o neumatoceles (9,15).
Se debe sospechar de NPC en el paciente contagiado por el VIH con inmunosupresión avanzada (CD4 < 200 µ/L) que no sigue un tratamiento profiláctico para esta infección. De igual manera, se debe presumir de los que manifiesten fiebre, pérdida de peso, fatigabilidad, tos y disnea que se han instaurado a lo largo de varias semanas (9,19,6,21) .
La infección extrapulmonar es poco frecuente (0,5% al 2,5%) y se ha relacionado con la profilaxis con Pentamidina en aerosol. Ocurre diseminación por vía hematógena a órganos vascularizados (nódulos linfáticos, bazo, hígado, glándulas adrenales, médula ósea, tracto gastrointestinal, corazón, ojos, piel, etc) (2,5,11,12,16).El compromiso extrapulmonar resulta con frecuencia asintomático. El microorganismo es capaz de diseminarse habitualmente, a partir de un foco pulmonar por vía linfohemática. (3,5).