Julio Castro
“El Programa Barrio Adentro es un concepto absolutamente político”
El infectólogo-internista asegura que dicha acción emprendida
por el Gobierno nacional, no solventa los problemas del sector salud en Venezuela.
De igual forma, afirma que el Plan Vitrina sólo es una medida transitoria
que no resuelve la falta de recursos en los hospitales nacionales. Además,
considera que la crisis actual afecta la practica de la investigación
y el ejercicio de la medicina en este país latinoamericano. Por otra
parte, hace referencia a cambios en las patologías presentadas por
el paciente, entre las cuales destacan complicaciones relacionadas con el
aspecto emocional y la reaparición de enfermedades que estaban casi
totalmente erradicadas en el territorio venezolano.
“El Programa Barrio Adentro es un concepto absolutamente político, porque desde el punto de vista sanitario, los médicos cubanos no están haciendo lo que nosotros entendemos como mejorar los indicadores sanitarios de nuestro país. Esos médicos no van a mejorar la mortalidad materna, la mortalidad infantil., no van a mejorar los índices de nutrición, porque no están preparados para eso y esa no es la forma de hacerlo”, sostiene Julio Castro, médico infectólogo, internista e investigador adscrito a la Sección de Infectología, Instituto de Medicina Tropical, Universidad Central de Venezuela. “El problema de salud en Venezuela no se resuelve con que los médicos vayan a dormir en las zonas de más escasos recursos, para que la gente con menos posibilidades sienta que tiene el médico cerca. Nada hace un médico durmiendo en la casa de una persona enferma si no tiene medicina, políticas de salud, si no se tienen formas de atenderlo".
Asevera Castro que la crisis de la salud en el país se resuelve si la gente tiene acceso a la alimentación, a los servicios sanitarios, a trabajos decentes y están contemplados dentro de una política de redistribución de la sanidad social justificada. “Si se tiene un sistema de sanidad que no funciona, se es preciso que sea arreglado, redistribuido, redimensionado. Pero no se debe poner otro estamento al lado, que se supone va a corregir los problemas del otro y que en realidad no lo hace".
“Me cuesta mucho pensar que se puedan mejorar las condiciones de salud de un país, creando un establecimiento paralelo de atención de salud, que no está reglamentado legalmente, que no tiene la vigilancia de los entes competentes. Es inentendible que se tenga un modulo de sanidad del Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS), que rige la ministro de sanidad en un barrio, y tres cuadras más allá se tenga un modulo atendido por médicos cubanos, con medicinas que traen de Cuba, con medicinas que no están certificadas por los entes reguladores venezolanos; y que ambos dependan, de una manera u otra del Ministerio. Eso no tiene sentido, es absurdo”, explica el médico internista
Castro considera que el Plan Barrio Adentro no se ha desarrollado partiendo de un estudio previo. “No creo que se sustente en datos epidemiológicos o datos que intenten mejorar los números de salud pública del país".
De acuerdo al médico internista, no se justifica que el Plan Barrio Adentro sea puesto en marcha por profesionales de la salud extranjeros. “Se podría entender, si necesitáramos médicos especialistas en determinado campo y no los tuviéramos en el país. Además, se pone todo el peso de la atención de esos centros de salud sobre médicos que no tiene certificación, por lo menos nosotros no tenemos la garantía de que la tengan”, afirma el médico internista.
“El médico no está para que la gente se le muera al lado”
“Los médicos están acostumbrados a hacer trabajo social
durante toda su vida. No creo que si se les pide hacer un trabajo en los barrios
no lo puedan hacer. Pero no creo que tenga sentido, en políticas publicas
en salud, meterlo en un barrio un recurso que costo siete años de entrenamiento,
para ver como la gente se le muere al lado. Lo que se debe hacer es sacar a
la gente del barrio y no llevar a los médicos a los barrios. La gente
debe tener un trabajo, comida y una vida decente. Cuando pasa eso, el médico
no tiene que estar en el barrio. El médico no está para que la
gente se le muera al lado, ese no es su papel”, expresa Castro con respecto
a los argumentos de galenos y representantes del Gobierno nacional que aseguran
que la presencia de los médicos cubanos en Venezuela es consecuencia
de la falta de respuesta de los profesionales de la salud venezolanos, ante
los concursos hechos en el país para la puesta en marcha del Plan Barrio
Adentro.
Castro agrega que los concursos para el mencionado programa no se realizaron en condiciones apropiadas. “Existe suficiente demostración a través de la prensa, que el concurso inicial fue hecho bajo unos criterios con los cuales los colegios médicos no estaban de acuerdo. Por otra parte, no fueron publicados en los sitios adecuados".
Asegura Castro que no se trata de que el médico venezolano no esté preparado para realizar este tipo de planes. “Si consideramos lo que los médicos venezolanos cobran en los hospitales, eso termina siendo un trabajo social, porque no se ofrece una remuneración acorde con el nivel de trabajo que ellos realizan. Además, están expuestos a una serie de riesgos profesionales y no profesionales”, manifiesta Castro.
Según el médico epidemiólogo, estudios realizados han comprobado que la medicina rural no ofrece resultados efectivos sin políticas sanitarias coherentes. “De nada sirve que yo trabaje con lo indios en el Amazonas, sin medicamentos. A parte de darles apoyo moral, ¿qué puedo hacer yo allá? Algo similar sucede con respecto a los médicos que están en los barrios. La gente se muere dentro del barrio con el médico al lado. Esa gente se muere porque allá hay violencia, heridos de bala, peleas entre bandas, muertes relacionadas con la droga. Nada de eso lo puede resolver un médico que duerme en la casa de las personas que tienen pocos recursos”, sostiene.
No obstante, en opinión de Castro, los médicos venezolanos que no desean participar en el Plan Barrio Adentro tienen razones que los justifican. “Su seguridad personal está comprometida, su calidad de atención médica está comprometida. Además, lo que es más importante e independientemente de lo otro, eso no resuelve los problemas de salud del país".
“Plan Vitrina no resuelve crisis hospitalaria”
“El plan Vitrina definitivamente no resuelve el problema de la crisis
hospitalaria. Obviamente, el hecho de asignar recursos importantes a unos hospitales
por determinadas características, mejora la situación de esos
centros de salud sólo en forma transitoria”, expresa Castro sobre
la mencionada acción ejecutada recientemente por el Gobierno Nacional,
que consistió en la asignación por parte del MSDS de fondos adicionales
a cinco hospitales ubicados en la capital del país (Clínico Universitario
de Caracas, Pérez Carreño, el de El Llanito, Pérez León
y el Hospital Militar). “Creo que un ejemplo muy clásico es el
Hospital Universitario de Caracas, al que se le asignó un monto importante
de recursos durante un tiempo, lo que hizo mejorar la infraestructura del este
centro de salud y la atención prestada allí. Pero esto fue durante
algún tiempo relativamente corto".
De acuerdo a Castro, acciones como esta no resuelven la crisis de la salud en
Venezuela. “En la medida que los Estados piensen que la solución
es mejorar la cara externa de los hospitales, en esa misma medida van a tener
fracasos. Se trata más bien de política pública, de diseño,
no necesariamente de asignación de recursos a hospitales, que es un problema
por si solo. La respuesta es una medida profunda, que ha sido inexistente durante
los últimos años".
El investigador del Instituto de Medicina Tropical de la UCV, expresa que el Plan Vitrina podría definirse como injusto. “No veo cuál es el criterio para que se asignen más recursos para un hospital y menos para otros, considerando que todos tienen el mismo tipo de pacientes, que atienden a la misma población. Me parece inclusive no muy ético desde el punto de vista de distribución de recursos. Obviamente, no resuelve los problemas centrales en cuanto a salud pública se refiere, probablemente los profundiza".
“La crisis limita la investigación”
“Creo que en cuanto a los médicos, pienso que algunas cosas han
cambiado fundamentalmente. Una tiene que ver directamente con lo que es investigación”,
especifica.
El infectólogo afirma que en la actualidad existe una ansiedad importante dentro del campo de los investigadores, por varias razones. “Uno, porque los insumos de investigación cada vez son más escasos, sobre todo en relación con el problema financiero o el problema del dólar. Dos, que existen personas que han dedicados diez, quince años a la investigación y de repente se ven ante una situación en la cual eso se puede acabar por razones que son ajenas a la investigación primariamente, simplemente la gente ve que su futuro inmediato, es relativamente gris”.
En opinión de Castro también las oportunidades de estudios futuros, sobre todo para los investigadores que son todavía jóvenes, son oscuras. “Algunos que nos hemos propuesto seguir esa línea, ya a nivel de estudios de cuarto nivel, debamos posponer, postergar esa meta no sabemos para cuándo”.
De acuerdo a Castro otro aspecto que se ve perjudicado por la crisis es el contacto con colegas de otros países. “La comunicación con infectólogos de otras latitudes son fundamental para nosotros hoy, pues nos permite estar en la dinámica científica a una velocidad que es relativamente rápida. De lo contrario, probablemente nos quedemos atrás en algún momento y no sabemos si podamos montarnos en ese carril”.
Castro hace referencia a otro aspecto que tiene que ver con el área de investigación y de la publicación. “La crisis ha afectado a la industria farmacéutica, que representa una de nuestras fuente de financiamiento en la investigación y publicación, lo cual hace que ambas actividades estén cada vez más restringidas. Esto también puede afectar a publicaciones de algunas de nuestras sociedades científicas que tienen 10 o 15 años en el área”.
Cambios en el paciente y sus patologías
En cuanto a su trabajo como infectólogo, Castro señala como primer
aspecto un aumento en el número de pacientes en su consulta. “Tengo
la impresión de que vemos más pacientes este año en comparación
con el año anterior”.
Asimismo, el infectólogo señala que ahora detecta en las personas que atiende complicaciones y otro tipo de patologías que antes no se presentaban. “Ahora vemos más condiciones posmórbidas, quizá relacionadas al mundo psicológico-psiquiátrico, que antes no las veíamos con tanta frecuencia”.
Otro aspecto indicado por Castro se refiere a la reaparición de enfermedades que estaban erradicadas. “Eso probablemente tiene que ver más con aspectos de salud pública que personales y eso sí realmente nos ha llamado mucho la atención y nos preocupa. No creo que sean solamente las causas ecológicas las que expliquen la reaparición de estas enfermedades. Algunas de estas enfermedades son la tuberculosis, la malaria, fiebre amarilla y leishmaniasis”.
De igual forma, Castro afirma que ha notado cambios en la manera como el paciente interactúa con el profesional de la medicina. “Probablemente, este aspecto ha cambiado, no sé si para mejor o peor, pero es diferente. Por ejemplo, cada vez vemos más consultas telefónicas y cada vez las consultas telefónicas son más largas”.
Castro señala que los pacientes demuestran estar más preocupados por la situación del país que por su propia patología. “Creo también que nuestros pacientes vienen con más deseos de hablar sobre lo que vieron ayer en la televisión y quizá con menos interés de que nosotros les expliquemos sobre sus triglicéridos, sobre su neumonía o sobre el HIV. Creo que nos buscan más como sus consejeros informativos, que como sus médicos de cabecera”.
Otro aspecto detectado por Castro tiene que ver con una tendencia al uso de medicina alternativa por parte de los pacientes. “Ahora vemos a pacientes con una serie de complicaciones de enfermedades conocidas, tratables, previsibles que han acudido al ámbito de la medicina paranormal, alternativa y sus diferentes denominaciones. Considero que eso es porque la gente busca opciones que ellos creen más baratas, pero que no necesariamente lo son. Eso es un signo persistente en nuestra clínica en los últimos tiempos”.
Finalmente, Castro sugiere que aunque médico y paciente se vean afectados por la crisis del país, es preciso buscar soluciones, porque “tal como decía Kafka: la desesperanza es la puerta del infierno”.