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Isabel Carreira:
“El denominador común es la impotencia ante la situación de crisis”

La psiquiatra asegura que la pobreza que afecta al país ha alcanzado a pacientes, profesionales y estudiantes de la salud. En su opinión ha aumentado el número de personas afectadas por la ansiedad, la frecuencia de consultantes pertenecientes a otros estratos sociales que antes no acudían a los hospitales y de pacientes egresados que se suicidan. Además, señala que se ha visto perjudicado el ejercicio de la profesión y que ha decaído la calidad de la formación de los nuevos profesionales de la salud debido a la crisis económica. Por otra parte, afirma que el MSDS no está asumiendo medidas que resuelvan la situación de crisis que enfrenta el sector.

“No quiero ser pesimista, sino realista. Por más que hagamos lo mejor en nuestra área, el denominador común es la impotencia. Quiero hacer, pero cómo, si no tengo acceso a los recursos que lo permitan. Puedo tratar de hacerlo lo mejor posible en el hospital, en mi consulta privada, darle lo mejor de mí a mis residentes, pero uno llega hasta allí. De ahí en adelante, eso escapa de nuestras manos”, expresa Isabel Carreira, psiquiatra al servicio del Hospital Psiquiátrico El Peñón, ubicado en Baruta, Caracas, Venezuela.

No obstante, para Carreira “la alternativa es ser menos pasivos, sin tratar de ser políticos. Exponernos un poco más, por ejemplo, a través de entrevistas. Esa información alguien la leerá y le llegará a los pacientes, a los pacientes potenciales”.


“Pacientes psiquiátricos afectados por la crisis económica”
“Estamos viendo que el problema de la pobreza es realmente importante, y además se agrava. El paciente no tiene dinero para las medicinas, para la comida ¿Cómo uno lo resuelve? ¿Le indico un medicamento? No lo puede comprar. El hospital no tiene para ofrecérselo”, afirma Carreira, quien comenta que el Hospital Psiquiátrico sufre una fuerte crisis presupuestaria desde hace cuatro años. “El presupuesto del hospital se atrasó y se hicieron recortes en los presupuestos. Hemos tenido que visitar grandes empresas para que nos donaran comida para los pacientes. Además, tuvimos que acudir a los colegios cercanos, para que nos donaran los restos de comida que quedaban en la cantina”.

Asimismo, la psiquiatra asegura que el problema no termina allí. “No sólo es que no hay comida, sino que no hay medicinas, no hay infraestructura e incluso personal. Hay muchos que se jubilan y entonces no hay dinero para sustituirlos por otras personas. Para algunos la crisis empezó quizá este año, pero para otros la crisis se viene sintiendo, por lo menos, desde hace cuatro años a nivel hospitalario y a nivel de lo que a atención pública se refiere”, explica.

En palabras de Carreira la crisis afecta los métodos de atención al paciente. “La situación de crisis nos llena de impotencia hasta el punto de tener que decirle al familiar de un paciente que está en crisis que no lo podemos hospitalizar, si no le traen la comida y las medicinas. Por supuesto, el familiar prefiere llevarse al paciente a su casa porque no tiene para el transporte y para las demás cosas. Esa es una complicación prácticamente imposible de resolver”.

Además, Carreira asegura que en el Hospital Psiquiátrico del Peñón se ha visto como la crisis económica ha provocado el aumento del número de pacientes y se ha sumado otro estrato social al grupo de personas atendidas. “Antes, casi el 90% de los pacientes eran de los barrios circundantes al hospital.

Ahora hemos empezado a ver con asombro que desde el año pasado cada vez vienen más pacientes de Santa Mónica, Cumbres de Curumo, Prados del Este (zonas de población clase media y media-alta). Lo primero que dicen estos nuevos pacientes es que antes se veían con un psiquiatra o un psicólogo privado, pero que ahora no tienen dinero y se dirigen al hospital”.


“Los fármacos escasean”
Otro problema señalado por Carreira es la escasez de medicamentos. “Últimamente los dos medicamentos, considerados caballitos de batalla en los hospitales, han escaseado en todas sus presentaciones. Hemos consultado con los laboratorios y sencillamente nos dicen que algunos medicamento ya no existe. Así que tenemos problemas con aquellos pacientes que tenían años tomándolos para mantenerse estables”.

La psiquiatra expone que el problema de los fármacos complica la práctica para el especialista y la curación del paciente. “Los pacientes que se hospitalizan en psiquiatría requieren obligatoriamente los fármacos, no hay otra cosa que hacer. A lo mejor se dan casos de pacientes que una vez mejorados con el medicamento, se pueden ayudar con técnicas de psicoterapia en las cuales sólo se requiere del médico. Pero, cuando un paciente se ingresa por una crisis, es decir, un paciente agudo, no hay otra cosa que le pueda ayudar sino usar fármacos, porque sino tendríamos que apelar casi a la pre-historia de la psiquiatría. Me niego a hacer algo así, prefiero que el paciente se quede como está. Si no hay fármacos, porque no se pueden adquirir, porque no se consiguen en la farmacia, porque el familiar no tiene recursos, ¿qué vamos a hacer?”.

La especialista indica que conseguir el financiamiento de medicamentos por parte de los laboratorios, mientras se desarrollan trabajos de investigación, podría ser una vía para beneficiar a los pacientes, pero sólo por un tiempo. “El problema es que una vez terminado el trabajo de investigación y el paciente volverá a la farmacia, a la botica, es decir, volverá atrás, a recibir un fármaco que tiene una cantidad de efectos colaterales, que no los mejora lo suficiente”.


“Ansiedad a consecuencia de la crisis”
Por otra parte, de acuerdo a la psiquiatra afirma que un 80% de los pacientes atendidos entre mayo y julio de 2003, acuden a la consulta por problemas de tipo afectivo. “En lo que va de año, llevamos 400 pacientes que vienen por primera vez, y de esos 400 pacientes -no tengo el porcentaje exacto, pero me atrevería a afirmar- que, entre los meses de abril y mayo, por lo menos, lo que predominaban eran las quejas relacionadas con la ansiedad. Las personas angustiadas por la situación del país, que perdieron sus trabajos o que sus trabajos estaban en riesgo. Lo que predominaban eran las quejas sobre situaciones personales, pero también personas que venían con los efectos post-traumáticos de todo lo que había pasado los primeros meses del año”, amplia.

De igual manera, Carreira sostiene que los ahora los pacientes hablan más sobre la situación actual o lo que vieron en televisión que sobre su enfermedad. “Creo que esto es porque ahora es más difícil pagar una consulta, comprar los medicamentos, o si los pueden comprar entonces no los consiguen… antes esas cosas no eran importantes, no existían en muchos casos, y el paciente venía a hablar de sus síntomas y de cómo se sentía”.

Por otra parte, la psiquiatra asevera que recientemente ha percibido un cierto número de pacientes psiquiátricos hospitalizados que mueren debido a otras enfermedades como diabetes e hipertensión, o aquellos egresados que se suicidan. “El número de pacientes, pero sobre todo, recién egresados, que se suicidan ha aumentado de manera llamativa. No son muchos pero esto no lo veíamos antes".


“La formación de los nuevos médicos se ha visto perjudicada”
Carreira afirma que la formación de los médicos residentes se ha visto perjudicada por la situación actual. “Percibo una mezcla entre resignación y frustración en los médicos en formación que han entrado en los últimos años. Algunos de ellos se preguntan qué están aprendiendo si no se están hospitalizando pacientes. Como todos los pacientes que hemos recibido en consulta externa presentan trastornos afectivos, es normal que los estudiantes se pregunten qué están aprendiendo si todos los pacientes tienen lo mismo. Además, en la hospitalización si un estudiante no tiene sino un solo medicamento que es el que puede utilizar, no aprende. Uno se lo puede enseñar en la teoría, pero si no lo tiene en la práctica ¿qué hace?”.

Igualmente, la psiquiatra señala existe “esa sensación de que todo se va deteriorando, todo se va estropeando y no existe la posibilidad de ofrecerle ni al paciente ni al médico, información, algo alentador. También se hace más difícil el acceso a revistas internacionales y la asistencia a congresos”.


“El MSDS no está implementando planes de manera seria, organizada y efectiva”
En opinión de Carreira el Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS) no está asumiendo medidas que resuelvan la situación de crisis que enfrenta el sector salud. “¿Cuáles planes? ¿Se están implementando de manera seria, organizada y efectiva?”, expresa.

Al ser consultada sobre la efectividad de acciones específicas del MSDS, como el Plan Vitrina, la psiquiatra asegura que medidas como estas no solventan la crisis hospitalaria. “La agravan, pues el déficit persiste. Es maquillar la falta y eso no resuelve el problema sólo lo esconde".

En lo concerniente al Plan Barrio Adentro, Carreira expresa que “es como las vallas publicitarias que dicen Aquí se construirá la represa tal o el distribuidor cual, pasa el tiempo y sólo queda la valla oxidada e inútil, tan inútil como lo que anuncia".

Carreira afirma que su opinión sobre el Plan Barrio Adentro nada tiene que ver con la nacionalidad de los médicos que lo desarrollan en este momento. “Cualquier médico capacitado de cualquier parte del mundo, interesado en intercambiar sus experiencias con los nuestros, es bienvenido. Siempre y cuando, cumpla con los requisitos establecidos por las leyes para el ejercicio de su profesión, que pruebe que tiene conocimiento necesario y actualizados, para contribuir a mejorar la salud del paciente".

La psiquiatra rechaza las opiniones expuestas por galenos y representantes del Gobierno que sostienen que los médicos venezolanos no están formados para realizar acciones en las zonas populares de la ciudad como las contempladas por el Plan Barrio Adentro. “Los médicos venezolanos siempre han atendido a la población que reside en los barrios caraqueños, así como en el interior. En todos los barrios han existido ambulatorios, dispensarios y hospitales que reciben a la población de escasos recursos. Esos centros no están ubicados en las urbanizaciones de lujo y, además, ¿no son médicos venezolanos los que allí trabajan, incluso desde sus pasantías como estudiantes de medicina?”