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Julio Acosta

“Aumentan enfermedades cardiovasculares relacionadas con afecciones emocionales derivadas de la crisis”
El Presidente del Colegio Venezolano de Endotelio soporta su afirmación en un estudio hecho recientemente. En su opinión la situación que afronta el país representa el origen del problema. Por otra parte, afirma que acciones como el Plan Barrio resultan conflictivas e inadmisibles desde el punto de vista legal, gremial, profesional, técnico y hasta patriótico, por lo que asevera que sería mejor aplicar medidas a largo plazo que vayan al fondo del problema.

“Es impresionante que haya aumentado al doble la frecuencia de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la ansiedad o depresión en los pacientes por la situación que se vive actualmente”, afirma Julio Acosta, cardiólogo y Presidente del Colegio Venezolano de Endotelio.

Acosta asegura que comparó 60 de sus pacientes con otros 60 que acudieron a su consulta hace diez años, para determinar si existía a grosso modo alguna diferencia. “Por ejemplo, en el perfil de pacientes con ansiedad o depresión yo tenía registrados el 23 o 25 % en el año 93 y ahora tengo el 56% de los pacientes en el año 2003”.

En el estudio efectuado por el cardiólogo venezolano, que toma como muestra un grupo de pacientes consecutivos recibidos durante este año y otro grupo del año 1993, reveló otro aspecto. “Noté enseguida cuando estuve revisando las historias clínicas, que ahora veo pacientes que están más enfermos que antes. Son pacientes que tienen cuatro o cinco diagnósticos, que necesitan mayor cantidad de fármacos”.

“La situación del país afecta las emociones del paciente”
“El paciente se ha convertido en un ente político. Todo el tiempo habla de política y ha convertido al médico en una especie de receptor”, afirma Acosta.

El cardiólogo expresa que la situación política, económica y social del país provoca que los pacientes estén más deprimidos y a su vez más enfermos físicamente. “Yo creo que aquí lo que se dio primero fue una situación de deslave geográfico y ahora también de deslave social y moral”, expresa Acosta, haciendo referencia a la tragedia ocasionada por las lluvias en diciembre de 1999 en el Estado Vargas, Venezuela.

“Se debe advertir a la población sobre el problema”
“Uno de los pilares fundamentales es la educación. Pienso que es necesario reforzar todas las cosas a nuestro alcance, con el propósito de minimizar y poner al conocimiento de la población que la depresión va aumentar, está aumentando, están aumentando las enfermedades cardíacas y que van a empeorar los enfermos del corazón; y también lo contrario, que el tratamiento de la depresión disminuye de manera importante ese padecimiento”, sostiene Acosta.

Por otra parte, el cardiólogo apunta que no todos los antidepresivos disminuyen las enfermedades cardiovasculares y plantea otro problema que tiene que ver con la selección del medicamento y las posibilidades de adquisición del paciente de aquellos que efectivamente reducen las complicaciones cardiacas.

“Creo que debemos alertar a la población y a la sociedad sobre la depresión y formación de morbilidad cardiovascular. Lo mismo que los episodios de ira. La ira está asociada a un aumento del riesgo de sufrir de muerte súbita. La frustración y la falta de esperanza, también tienen una relación directa con las enfermedades cardíacas. De manera que, lo que podemos ofrecer nosotros a la población y al paciente, es alertarlos sobre qué es la depresión y cómo controlar los episodios de ira”, sugiere.

El médico cardiólogo también opina que todo ente académico o científico debería transformarse en mecanismos de alerta, de reclamo y liderazgo.

“Luchar es más beneficioso para la salud que la situación de derrota”
Acosta opina que la solución a este problema radica en no asumir la desesperanza como opción. Al respecto, el cardiólogo establece una relación entre la actitud que debe asumir el ser humano con el modelo de comportamiento animal. “El aspecto animal que se repite en el ser humano, es que si lucha, tiene un estímulo vital y energético y es posible que se acelere su corazón y se produce vasodilatación. Mientras que si se pone en la situación de desesperanza, sube la presión arterial, aumentan las rupturas de placas. Es preferible luchar. La condición de volar como las aves o de luchar como los animales, en los seres humanos es más beneficioso para la salud, que la situación de derrota”, expone Acosta con convicción.

“Plan Barrio Adentro es una medida conflictiva inadmisible”
Al ser indagado sobre las medidas adoptadas por el Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social (MSDS) para superar los problemas que afronta el país, y específicamente sobre el Plan Barrio Adentro, Acosta expresa no estar de acuerdo con esta última acción gubernamental. “No es una medida lógica la importación de médicos de ninguna parte para sustituir a los profesionales de la salud venezolanos. Sería más viable aplicar soluciones a largo plazo que vayan al fondo del problema, en vez de medidas conflictivas inadmisibles desde el punto de vista legal, gremial, profesional, técnico y hasta patriótico, si se quiere”, afirma.

En opinión del médico cardiólogo se deben corregir las condiciones que impidan que los médicos nacionales ocupen los cargos y cumplan sus funciones. “Podrían analizarse las causas y plantear soluciones a los obstáculos. Esto es, en el caso de la atención médica, la creación de las condiciones que la faciliten".

Destaca el Presidente Colegio Venezolano de Endotelio que en Venezuela existen 3.000 cargos de primera línea que son ocupados por médicos nacionales y unos 80 sin cobertura. “Esto hace desproporcionada la solución de traer 1.000 médicos en una situación de franco desempleo profesional.”, asegura.

“Mucho más económica, eficiente y desde luego plausible, sería la discusión franca de las causas de la ausencia del médico venezolano en esos sitios, así como la sincera disposición y acción para ofrecer condiciones de vida y de ejercicio profesional que resulten atractivos”, sugiere Acosta, ante los señalamientos hechos por representantes del MSDS y otros profesionales de la salud, que respaldan el ejercicio de los médicos cubanos en las zonas periféricas del Área Metropolitana del país, como parte del Plan Barrio Adentro.