El viaje en el tiempo llega a su fin


El período siguiente a esta “época dorada” (década del 70 y 80) en la historia de la psiquiatría venezolana, pudiera ser calificado como de continuación y mantenimiento de todas las iniciativas emprendidas por la larga lista de personajes que desde 1874 han determinado buena parte del origen, desarrollo y evolución de dicho campo de la medicina en el país.

También fue ésta la etapa donde se dieron los primeros pasos para promover el surgimiento de la psiquiatría infantil como una nueva área dentro de esta especialidad, aunque cabe destacar que unos cuantos años antes, ya se habían intentado algunas acciones al respecto. En este sentido, el Dr. Manuel Matute destacó el interés del Dr. Rafael Vegas por crear una sección de psiquiatría infantil, durante su ejercicio como presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría en 1948. Vegas ya había participado estrechamente en la creación de una casa de observación de menores. Por su parte, el Dr. Ricardo Álvarez, mientras ocupó el cargo de Jefe de la División de Salud Mental en 1952, realizó declaraciones de prensa en las cuales se refería a la creación de un instituto de psiquiatría infantil. Luego, en 1980 un grupo de doctores, encabezados por Manuel Matute llevó a cabo un primer curso rotatorio por las ciudades de Valencia, Maracaibo y Ciudad Bolívar.

El viaje en el tiempo emprendido por Manuel Matute para hablar acerca de los enrevesados caminos tomados por la psiquiatría venezolana, desde sus primeros años de existencia en 1874 hasta hoy, llegó a su fin cuando la siguiente pregunta lo invitó a reflexionar sobre la realidad de la práctica psiquiátrica nacional en los momentos actuales:

¿Qué opinión ofrecería usted acerca del panorama que actualmente ofrece la psiquiatría venezolana?
La psiquiatría actualmente tiene el sufrimiento que tienen todas las instituciones del estado, relacionadas con la salud. No olviden que son instituciones que dependen de las universidades locales y del presupuesto del Ministerio de Salud. No es tan fácil conseguirse un director de un curso de postgrado que únicamente vaya a trabajar en eso. Profesores que están a tiempo completo en eso y no hay dinero para pagarles. Pero de todas formas, los cursos han seguido una programación que más o menos es eficiente. Nuestra psiquiatría es buena, pero con la tristeza de que tú vas al Hospital Psiquiátrico, que fue donde se hizo el primer curso de postgrado – hace cincuenta años – y ves que no hay derecho de que tengan aquel auditorio destartalado, aquella suciedad en el ambiente, aquella desidia, aquella incomodidad. El museo tiene las cosas tiradas… eso es una incuria, algo terrible.

Y es que para el Dr. Matute, el tema de la salud mental siempre ha sido considerado por el estado como una cuestión de segundo orden, como un elemento al cual se le puede otorgar una menor atención o importancia. Para este psiquiatra y profesor universitario, tal hecho es un craso error, pues a su parecer, buena parte del bienestar individual y colectivo del ser humano, depende de la calidad y condiciones de su psique. Por ende, las instituciones responsables en el tema deberían asumirla como prioridad y no como un elemento “extra” o de poca relevancia, tal como lo han hecho hasta ahora.