Discusión
Los patólogos han entendido que el diagnóstico de los tumores no puede hacerse basándose únicamente en la apariencia histológica de los mismos; cada vez es más importante conocer detalles sobre los aspectos clínicos fundamentales como la edad, cuándo ocurrió la aparición del tumor, su evolución, su localización y su apariencia macroscópica. Hoy en día, ciertos tumores como los óseos no se pueden interpretar sin el auxilio de la radiología. Frecuentemente los datos de estudios de imagenología como tomografías y otras, pueden arrojar mucha luz sobre el diagnóstico de neoplasias poco diferenciadas. La ayuda que ofrecían inicialmente las coloraciones especiales y la histoquímica enzimática, ha sido rebasada por la IHQ y en casos que solo se puede llegar a una aproximación diagnóstica, el uso de la ultraestructura y de la citogenética pueden ser armas auxiliares muy poderosas para precisar el diagnóstico de los TPB.
En algunos sarcomas, la IHQ se considera necesaria para hacer el diagnóstico ya que ella puede definir ciertos perfiles de una neoplasia o para decidir algún tratamiento a seguir. En general en algunos sarcomas de difícil diagnóstico como el sarcoma sinovial y algunos angiosarcomas la inmunohistoquímica es indispensable para un diagnóstico preciso. Algunos sarcomas se presentan con apariencia pleomórfica lo cual dificulta el diagnóstico sin la ayuda de la IHQ, quizá el más frecuente es el Fibrohistiocitoma Maligno (FHM) Pleomórfico, pero igual sucede con los Liposarcomas, Leiomiosarcomas y Rabdomiosarcomas Pleomórficos y con el Tumor maligno de la Vaina de los Nervios Periféricos.
La importancia de la IHQ en el estudio de los TPB, no solo radica en la posibilidad de precisar el diagnóstico de lesiones sarcomatosas o pseudosarcomatosas, sino en lograr esclarecer el fenotipo de algunas neoplasias no mesenquimáticas que simulan ser sarcomas. Están descritos tumores epiteliales como los carcinomas fusocelulares, algunos tumores carcinoides, y otras neoplasias que pueden mostrar células fusiformes como ocurre también en los melanomas, e igualmente pueden ciertas neoplasias de otra estirpe como linfohematopoyética, o neural con apariencia epitelioide o rabdoide, ser confundidas con sarcomas. Carcinomas indiferenciados, linfomas de Células Grandes, Melanomas, tumores de Células Germinales y hasta Mesoteliomas pueden presentarse como TPB y simular sarcomas.
Tumores
epiteliales y epitelioides
La investigación inmunohistoquímica de muchas de estas neoplasias
de difícil diagnóstico se hace necesaria, sobretodo cuando los
tumores se encuentran en el tejido celular subcutáneo, en la piel y mucosas,
o en órganos como el pulmón, el hígado, o el riñón
y otros que son frecuentemente asiento de metástasis. El estudio con
IHQ se impone igualmente cuando existe una historia previa de sarcoma y aparece
una lesión tumoral como las señaladas previamente. En estos casos,
al sospechar el origen epitelial del tumor, se consiguen resultados favorables
con el uso de las queratinas de diferente peso molecular, o de ambos, alto y
bajo peso, como la queratina AE1/AE3. También es de gran utilidad detectar
el antígeno de membrana epitelial (EMA). En las neoplasias que se están
señalando, el pleomorfismo y las mitosis indican su carácter maligno,
por ello siempre hay que considerar la posibilidad de utilizar la Proteína
S100, la Vimentina y el anticuerpo HMB45 para descartar los melanomas, corrientemente
denominados por el patólogo "el gran imitador". En algunos
casos de carcinomas sarcomatoides el imnmunomarcaje con las queratinas o con
la Vimentina puede ser poco evidente, sobretodo si median problemas de sobrefijación
o de mala fijación, no obstante, casi todos estos inconvenientes se han
subsanado con la recuperación de antígenos por calor. En casos
donde el inmunomarcaje sea cuestionable, la biología molecular puede
auxiliar el diagnóstico con estudios de citogenética, como ocurre
en casos de sarcoma sinovial monofásico donde se puede demostrar en un
90% de los casos la translocación t ( x;18 ) ( p11;q11 ) en el gen del
cromosoma 18 (4). Otra neoplasia que como el sarcoma sinovial coexpresa Vimentina
y queratinas es el sarcoma epitelioide, en el cual puede ser de gran ayuda la
identificación inmunohistoquímica de CD34 un anticuerpo usualmente
negativo en los carcinomas pero que se puede ver en más de la mitad de
los sarcomas epitelioides (5). No debemos olvidar que el Linfoma de Células
Grandes Anaplásicas, con frecuencia es negativo al antígeno leucocitario
común (CD45) por lo que puede pensarse que no es un linfoma, pero cuyo
marcaje con CD30 y EMA con o sin inmunomarcaje para linfocitos T esclarece el
diagnóstico (6,7). Otro de los tumores epitelioides dentro de los TPB
que pueden provocar problemas diagnósticos es el sarcoma de Células
Claras de la Vaina de los Tendones o Melanoma de Partes Blandas cuya positivita
para la Proteína S100 y para HMB45 y vicentina sirve para hacer el diagnóstico
preciso; en este trabajo se demuestran 3 casos de esta neoplasia y se presentan
fotografías demostrativas de uno de estos casos.
Tumores
fibrohisticíticos
Los estudios inmunohistoquímicos
en los tumores fibrohistiocíticos presentan ciertas limitaciones ya señaladas
en una publicación previa (8). Algunas de estas dificultades y en realidad
la positividad para la Vimentina que es inespecífica, es uno de los indicadores
que sirve para que se les haya denominado a estos tumores "Vimentinomas".
Su negatividad es señal de que hay problemas en la fijación del
material. La presencia de miofibroblastos que pueden inmunomarcar con Actina
de músculo liso y la presencia de macrófagos positivos a la Lisozima,
y a CD68, son también comunes en estos tumores los cuales pueden tener
un rango muy variable en cuanto a su benignidad y malignidad. Existen los fibrohistiocitomas
cutáneos o superficiales, y los tumores de células gigantes de
la vaina de los tendones, e igualmente hay tumores y pseudotumores de miofibroblastos,
como son las fibromatosis músculo-aponeuróticas. Las células
de los fibrohistocitomas malignos (FHM), el FHM Pleomórfico, que es un
Sarcoma Indiferenciado Pleomórfico de alto grado, el FHM con Células
Gigantes y el FHM Inflamatorio. Las células neoplásicas en estos
tumores son siempre positivas a la Vimentina. El uso de otros anticuerpos como
CD34 y más recientemente de bcl 2 asociados a los clásicamente
utilizados en las neoplásias fibrohistiocíticas, ha contribuido
a mejorar las posibilidades del diagnóstico inmunohistoquímico;
bcl 2 es esencialmente negativo en los fibrohistiocitomas benignos y malignos
y en la fibromatosis, pero se observa con intensa positividad en el Tumor Fibroso
Solitario, en los Tumores del Estroma Gastrointestinal, en los Lipomas Fusocelulares,
en el Sarcoma de Kaposi y en la parte fusocelular de los Sarcomas Sinoviales
(9). La importancia de bcl 2 en el diagnóstico de los sarcomas ha sido
enfatizada en los últimos años y se sabe que puede ayudar a diferenciar
las células fusiformes de un leimiosarcoma, negativas a bcl 2 de las
de un Sarcoma Sinovial Monofásico que son positivas y puede servir también
para compararlo con CD34 el cual es positivo como el bcl 2 en schwannomas, lipomas
fusocelulares y en fibromixolipomas (9).
Tumores
del estroma gastrointestinal y musculares lisos
Uno de los tumores
mesenquimáticos que ha sido muy estudiado en los últimos años
es el antiguamente denominado leiomiosarcoma epitelioide (10) o leiomioblastoma
cuyas características ultraestructurales fueron descritas desde 1970
(11). Estos tumores se incluyen desde hace ya más de 15 años dentro
de los denominadas Tumores del Estroma Gastrointestinal (en inglés GIST)
(12, 13, 14, 15). En este trabajo se presentan los resultados del estudio con
IHQ de 18 casos de Tumores del Estroma Gastrointestinal (TEGI). Cada vez más
se requiere del uso del anticuerpo CD117 en el diagnóstico por IHQ de
estas neoplasias. Hoy en día se sabe que los TEGI se originan en unas
células fusiformes presentes alrededor de los plexos mientéricos
y en la muscular de la mucosa del tracto gastrointestinal, denominadas células
intersticiales de Cajal, las cuales por una mutación del gen c-kit muestran
actividad de la enzima tirosina cinasa (16,17). El anticuerpo CD117 puede detectar
la proteína producida por la mutación por lo cual es doblemente
útil, por una parte para precisar el diagnóstico de TEGI y por
otra porque se puede tratar el tumor inhibiendo la tirosina cinasa con resultados
muy favorables como la detección del crecimiento y fibrosis tumoral (18).
Existen algunos tumores del grupo GIST que son negativos a CD117, pero representan
una minoría, en estos casos sería de interés determinar
si existe la mutación en c-kit para precisar el diagnóstico. Estudios
de citogenética han demostrado que a pesar de que no parece haber otro
gen sino el c-kit implicado en los TEGI, es frecuente la pérdida de cromosomas
14q y 22q en estas neoplasias, las cuales pudiesen estar relacionadas con cambios
genéticos iniciales sugiriéndose que las pérdidas en los
brazos cromosómicos pueden estar relacionadas con un mal pronóstico
(19, 20). Otro de los anticuerpos cuya utilidad en los TEGI se discute es el
CD34 (8) ya que inicialmente se pensó que este anticuerpo era siempre
positivo en estos tumores. Hoy se acepta que CD34 se encuentra presente en un
60% a 70% de los TEGI y se ha descrito que en los tumores localizados en el
esófago y en el recto, la positividad para CD34 puede llegar hasta un
90%, en tanto que en los TEGI del intestino solo se observa un 50% de positividad
para CD34 (21). Si bien tan solo del 5% al 10% de los TEGI son positivos para
la Proteína S100 y la Desmina, la positividad para la Actina Muscular
Específica se describe entre un 16% a un 70% de estos tumores, y esa
ha sido también nuestra experiencia la cual puede mejorarse utilizando
un nuevo anticuerpo el h-Caldesmon (22,23). Sin embargo, la utilidad de este
anticuerpo ha sido cuestionada ya que si bien se observa en los TEGI, en los
leiomiosarcomas su positividad es variable de acuerdo con la localización
y el grado de diferenciación de los tumores (24). Este anticuerpo h-Caldesmon,
ha sido descrito en algunos FHM, pero no se encuentra presente en los Rabdomiosarcomas(RMS)
(25). En este trabajo se presenta el estudio por IHQ de 36 casos de Leiomiosarcoma,
4 tumores glómicos, que son tumores musculares a los cuales se hace referencia
en una publicación previa (9) y 7 casos con diagnóstico de Leiomioma
Rabdomiosarcoma
En este trabajo
se incluye al RMS en los TPB que muestran aspecto de Tumores Malignos de Células
Redondas (TMCR) (4). Se muestran 32 casos de RMS, la mayor parte de ellos de
tipo embrionario. El RMS alveolar o embrionario, se puede diagnosticar con el
auxilio de la IHQ en más del 90% de los casos. Para fines de este trabajo
se han utilizado con buenos resultados la Desmina y la Miogeninna
( MyoD ) (26). La Actina muscular específica es negativa en los RMSs,
pero se ha visto que existen casos con positividad para Actina, lo cual también
ha sido señalado previamente. Igualmente, se han descrito casos de RMSs
con presencia de inmunomarcaje para Proteína S100 y para las queratinas
(27). En estos casos se ha utilizado también el anticuerpo HHF35 que
es común para músculo liso y estriado por lo que su especificidad
no es muy adecuada para el diagnóstico de RMS. Hay que recordar que si
bien el MyoD es una proteína que pertenece al grupo de los factores de
trascripción nuclear de las células mioides, este se expresa en
fases tempranas de la diferenciación de las mismas y se anticipa en su
expresión a la Desmina, por lo cual puede detectarse en tumores pobremente
diferenciados (28). A pesar de la gran ayuda diagnóstica del MyoD debe
recordarse que se ha detectado también en el músculo estriado
en regeneración, haciendo la salvedad de que el inmunomarcaje en los
tumores puede verse focalmente y que esta positividad es mayor en el RMS alveolar
que en el RMS Embrionario (29). Estudios de citogenética han demostrado
translocaciones en el RMS con fusión del gen FKHR en el cromosoma 13
con el gen PAX3 en el cromosoma 2 o con el gen PAX7 en el cromosoma 1(30). En
el RMS Embrionario se han demostrado copias extra de los cromosomas 2, 8 y 13
con rearreglos en las regiones 1p11-q11 y 12q13 en tanto que en el RMS Alveolar
las translocaciones más frecuentes son t ( 2; 13 ) ( q35 ; q14 ) y algunas
veces se ve t (1;13) ( p36; q 14 ). La mayor parte de las veces en el RMS Alveolar
las amplificaciones se encuentran en 12q 13-15 y en 2p24, esta última
observada en el encogen MYCN el cual se puede ver igualmente amplificado en
los Neuroblastomas. Estos cambios pueden evidenciarse por PCR o con FISH y se
pueden relacionar con el pronóstico de estas neoplasias. En el diagnóstico
diferencial del RMS se debe considerar la posibilidad de un sarcoma de Ewing
o el Tumor Neuroectodérmico Primitivo Periférico (PNET) y es sabido
que en estos tumores generalmente se observa la presencia de glicógeno
en el citoplasma el cual puede identificarse con el reactivo de Schiff o método
histoquímico del PAS.
Sarcoma
de Ewing y Tumor Neuroectodérmico Primitivo Periférico
Estas dos entidades
habían sido descritas separadamente desde hace muchos años (31,
32). Hoy en día ambos tumores, el sarcoma de Ewing (SE) y el PNET se
consideran una misma familia en las que se incluyen el tumor de la región
tóracopulmonar o tumor de Askin (33), el tumor paravertebral de células
pequeñas atípicas y los SE / PNETs de partes blandas y de hueso.
Los estudios de IHQ en estas neoplasias progresaron con el descubrimiento del
gen MIC 2 y la detección de la glicoproteína CD99 también
denominada p30/32MIC 2 la cual se detecta en la superficie celular y se relaciona
con adherencia de las membranas (34). La aplicación de CD99 al diagnóstico
inmunohistoquímico pronto se vio complicada por la inespecificidad del
anticuerpo, el cual si bien podía estar presente en los SE/PNETs, también
se detecta en otras neoplasias (35). El avance más significativo en el
diagnóstico de estas neoplasias fue la demostración de translocaciones
cromosómicas que alteran genes específicos y que se recombinan
para crear nuevos genes por fusión de ellos expresando proteínas
que pueden codificarse con precisión (36, 37). En aproximadamente un
85% de los tumores de la familia SE/PNET, se puede detectar la translocación
t (11; 22) (q24; q12 ). Existen dos genes involucrados en los puntos de ruptura,
en 22q12 en el gen EWS y en el cromosoma 11q24 del gen denominado FLI 1 (38).
Este cambio genético sobre el gen FLI 1 se considera una característica
específica para diagnosticar estas neoplasias a través de la detección
del grupo carboxilo terminal de una glicoproteína y aunque es más
específico que CD99 solo se detecta en un 75% de los SE/PNETs (39). Debe
señalarse también que el gen FLI 1 es positivo igualmente en el
linfoma linfoblástico y en tumores vasculares para los que se puede utilizar
igualmente, sobretodo en variantes fusocelulares y epitelioides (40). Se ha
observado también en estos tumores positividad para marcadores neurales
como la Proteína S100 y la Sinaptofisina, y finalmente entre un 10 a
un 20% de los casos inmunomarcan focalmente para las queratinas (41,42, 43).
Tumores
vasculares
El tema sobre
el sarcoma de Kaposi y su origen ha sido muy discutido y hoy día parecen
existir evidencias definitivas sobre su origen endotelial (44). La positividad
para CD31 y CD34 se usa corrientemente con mejores resultados que los obtenidos
con el anticuerpo contra el Factor VIII de la coagulación. Recientemente
un anticuerpo monoclonal contra el receptor 3 de un factor de crecimiento endotelial,
el VEGFR-3, el cual es un receptor para tiroxino cinasa, ha mostrado su expresión
casi exclusivamente en el endotelio de los vasos linfáticos con actividad
en casos de sarcoma de Kaposi (SK) y en otras neoplasias vasculares como el
hemangioendotelioma de Dabska, y algunos angiosarcomas (45). Una revisión
reciente de la IHQ de los tumores vasculares ha replanteado la controversia
sobre el origen de SK al demostrar que aunque débilmente, también
los linfáticos pueden expresar CD31, CD34 y Factor VIII (46). La demostración
de la presencia de VEGRF-3 en SK nos regresa a la hipótesis original
de Ronald F Dorfman sobre el origen linfático venoso del SK(45). La incorporación
reciente del anticuerpo Fli-1 al estudio de los tumores vasculares, ofrece un
inmunomarcador confiable con buena sensibilidad, tanto para tumores fusocelulares
como para los epitelioides (40). Algunos de los inconvenientes en el inmunomarcaje
de los tumores vasculares los hemos sufrido con diversos tumores revisados en
este trabajo. Si el material está sobrefijado, se sabe que el Factor
VII se pierde rápidamente. También sabemos que el anticuerpo CD31
reacciona con el endotelio, pero igualmente con los plasmocitos, los macrófagos
y además es positivo en algunos carcinomas y mesoteliomas, y CD34 que
se sabe es muy sensible en SK algunas veces en estos casos, no se ha logrado
un inmunomarcaje efectivo, lo cual se sabe puede ocurrir en algunos angiosarcomas;
por otro lado CD34 es poco sensible en los tumores vasculares epitelioides (47).
Tumor
Fibroso Solitario
El diagnóstico
de esta neoplasia puede ser difícil ya que es un TPB que histológicamente
puede mostrar diversos arreglos arquitecturales (48); por otra parte, el diagnóstico
inmunohistoquímico del Tumor Fibroso Solitario (TFS) se basa en la positividad
para el anticuerpo CD34; cuando estos tumores son benignos pero que se hace
negativo en la mayoría de los TFS malignos (8, 49). Uno de los diagnósticos
diferenciales del TFS es el Sarcoma Sinovial y por eso se deben seleccionar
un par de anticuerpos cuando esta situación se plantea, y son anticuerpos
que clásicamente son de gran utilidad en otras neoplasias, como CD99
y bcl 2 (9, 35, 50). El protoncogen bcl 2 se identificó inicialmente
en la translocación (14; 18) de los linfomas foliculares y difusos de
células B. Como resultado de esta translocación se antepone el
gen bcl 2 en el cromosoma 18 con una inmunoglobulina de cadena pesada en el
cromosoma 14. Al evidenciar que esta translocación no era específica
para el t (14; 18) y se podía hallar en ganglios linfáticos normales
y en otras neoplasias que no muestran la translocación como cáncer
de mama, carcinoma nasofaringeo, timomas, cáncer pulmonar, del ovario
y adenocarcinomas de estómago y del colon (50). Al examinar 56 casos
de Tumor Fibroso Solitario con bcl 2, se determinó positividad en más
del 75% de los casos, con resultados similares para CD34 (9).
Sarcoma
Epitelioide
El Sarcoma Epitelioide
es un tumor que inicialmente fue descrito por Enzinger en 1970 (51) y que se
presenta como un tumor en el tejido celular subcutáneo o más profundamente
en las manos o los brazos de adultos jóvenes y que tiene una alta recurrencia
con propensión a dar metástasis (52). Se sabe que el Sarcoma Epitelioide
expresa marcadores epiteliales como el antígeno de Membrana Epitelial
(EMA) y queratinas pero igualmente expresa Vimentina y muestra características
que recuerdan a fibroblastos y miofibroblastos. La apariencia epitelioide de
esta neoplasia se debe a la presencia de cadherinas en su citoplasma. Es un
hecho conocido que la transfección de N y E cadherinas a células
fusiformes de sarcomas murinos les confiere una apariencia epitelioide (52).
Se sabe igualmente sobre la presencia de cadherinas en los tumores malignos
de los nervios periféricos de aspecto epitelioide, en lo nevus melanocíticos,
y en los linfomas anaplásicos cuando adquieren el fenotipo epitelioide
(54, 55). Estudios sobre la presencia de cadherinas en el Sarcoma Epitelioide
han logrado demostrar que poseen un fenotipo epitelial incompleto con fallas
en la E-cadherina y que muestran VE-cadherinas que se observan en células
mesenquimáticas y epiteliales (56). La presencia de CD31 y CD34 en las
células de este tumor, se cree que favorecen una diferenciación
endotelial pero se ha descrito positividad para CD31 en un solo caso en una
serie de 112, lo cual reforzado por la negatividad para el FLI 1 se ha considerado
recientemente de poco valor para pensar en un origen endotelial para el Sarcoma
Epitelioide (57). Ya se ha señalado que otros tumores epitelioides como
los linfomas anplásicos, el hemangioendotelioma epitelioide, los Schwannomas
y los angiosarcomas epitelioides, así como el sarcoma de células
Claras o Melanoma de Partes Blandas deben considerarse en el diagnóstico
diferencial de estas neoplasias.
Tumor Maligno de la Vaina de los Nervios Periféricos
La importancia
de la Proteína S100 en el diagnóstico de tumores benignos de los
nervios periféricos, Neurofibromas y Schwannomas es bien conocida (58).
Bien sea en Schwannomas con atipias degenerativas o con áreas mixoides,
la Proteína S100 está presente y puede no ser efectiva o hacerse
negativa cuando los tumores se hacen malignos. Esta es una de las razones por
las cuales el Tumor Maligno de la Vaina de los Nervios Periféricos (TMVNP)
es muchas veces difícil de diagnosticar y el estudio con técnicas
de IHQ es necesario para aclarar su origen neural (59). Solo en un 50 a un 80%
de los casos de TMVNP se observa positividad para la Proteína S100 y
afortunadamente cuando estas neoplasias presentan apariencia epitelioide el
inmunomarcaje con S100 es fácilmente evidenciable (60). Se ha descrito
también positividad para bcl 2 en los TMVNP (10). En este trabajo se
presentan los resultados del estudio de 20 casos de tMVNP y en algunos de ellos,
además de la positividad para la Vimentina, utilizaron el anticuerpo
PGP9.5 con resultados variables debido a tinciones inespecíficas. Los
TMVNP se observan muchas veces asociados a la enfermedad de vonRecklinhouse
(Neurofibromatosis Tipo I). En la aplicación de técnicas de IHQ
se ha utilizado examinar la proliferación nuclear para predecir el pronóstico
y en este sentido se ha utilizado el antígeno Ki67 (61). Se ha señalado
igualmente que existe una relación entre el inmunomarcaje con p53 y el
pronóstico de los TMVNP (62). Estas evidencias han sido confirmadas recientemente
por Watanabe y colaboradores y ha sido utilizada en algunos casos de TMVNP (63).
Finalmente, en este trabajo se presentan una gran cantidad de casos de sarcomas, algunos de alto grado ( 17 casos ), Fibrohisticitomas Malignos ( 27 casos ), 36 casos de Leiomiosarcoma, 23 casos de Fibrosarcoma, todos ellos resueltos a través de la aplicación de criterios de IHQ. Se presentan los resultados diagnósticos sobre tumores de tejido adiposo y Liposarcomas y sobre tumores mixoides y cartilaginosos sin entrar a discutir los aspectos inmunohistoquímicos de estos, pues algunos casos ya fueron revisados en un trabajo anterior del laboratorio (9).
La importancia del estudio inmunohistoquímico de los TPB se enfatiza en este trabajo y se vislumbran futuras posibilidades de aplicación de técnicas de Biología Molecular para examinar alteraciones cromosómicas que puedan señalar variaciones en el pronóstico y el tratamiento de algunas de estas neoplasias.