Antecedentes históricos

En 1917 el autor Barringer, fue el primero en implantar semillas de Radium por vía perineal. Luego en la década de los 50, Flock usa Oro 198 por vía transuretral. Todos estos resultados no fueron muy alentadores, cuando se analizaron a la luz de resultados a corto y mediano plazo.

En los años 70 el Dr. Whitmore, hace implantaciones de Isótopos Radioactivos por vía Retropúbica. Los resultados efectivos iniciales fueron alentadores, pero los controles posteriores demostraron resultados realmente malos.

Indudablemente, el hacer la implantación por esta vía abierta, en un campo quirúrgico no bien definido, sangrante; y, sin control objetivo de la profundidad de la penetración de las agujas de los implantes, no permitía establecer una isodosis adecuada.

Esto hizo que el entusiasmo inicial del procedimiento se apagara, lo que aunado a la aparición del Acelerador Lineal y la descripción de la Prostatectomía Radical con disección y preservación del Pedículo, volcó la atención a éste procedimiento.

En 1980, Holm introduce en los Estados Unidos el Ultrasonido Transrectal, de acuerdo con los trabajos de Watanabe, y diseña una Gradilla que puede guiar la implantación de material radiactivo en la Próstata por vía Perineal, publicando sus trabajos en 1983.

  

Este método usa un Software en el Ultrasonido, donde se realizan barridos ecosonográficos de la Glándula Prostática desde la base hasta el pico enviándolos a una computadora que establece la dosimetría a usar.

En 1987 Blasko presenta sus primeros estudios asociado a Ragde, siendo este grupo el pionero del estudio de la Braquiterapia de manera sistematizada; y, siendo el equipo que mayor estadística posee, con controles a 10 años.

El equipo de Seattle comienza en 1983 a utilizar el método de manera sistemática, y se trata en 1999, del único grupo con estadísticas de seguimiento de 10 años, con resultados muy alentadores, obteniendo cifras de curación similares a la Cirugía, con 50% menos de Impotencia Sexual, sin Incontinencia, logrados con un procedimiento que dura 45 minutos y se realiza con carácter ambulatorio. Al día siguiente el paciente está en su casa, sin sonda, y con muy discretos síntomas de irritación, que pueden controlarse con medicamentos.