Introducción

En los últimos años han habido grandes avances en el conocimiento del proceso de señalización en el linfocito T que se dispara luego del acoplamiento del antígeno al complejo TCR/CD3. La identificación y caracterización de diversas moléculas que intervienen de manera clave en las distintas fases de este proceso, ha aumentado nuestro entendimiento de cómo el linfocito T decodifica señales en la membrana para responder con proliferación, apoptosis, producción de citocinas o con tolerancia a antígenos. La manipulación de la expresión de moléculas de señalización nativas o mutadas, mediante técnicas de ingeniería genética, ha permitido identificar rutas bioquímicas críticas para el desarrollo ontogénico normal de la respuesta inmunitaria y para el mantenimiento de una respuesta regulada en el linfocito T maduro. Sabemos más acerca de las principales moléculas que interaccionan, a ambos lados, en la membrana del linfocito T y de la célula presentadora de antígeno, y de los diversos eslabones moleculares que se enlazan a nivel post-receptor para construir una vía de señalización bioquímica coordinada hasta el núcleo. Conocemos mejor la distribución topográfica en la membrana de este conjunto de moléculas y su enlace con proteínas del citoesqueleto, creando islas que incluyen, o excluyen, moléculas según la respuesta deseada. Finalmente, sabemos que la fosforilación y defosforilación en resíduos de tirosina, serina o treonina de diversos sustratos, es el lenguaje bioquímico que utiliza la célula para responder a comandos iniciales desde la membrana. Este conjunto de conocimientos ha creado una plataforma muy sólida para el estudio de la disfunción celular linfocitaria que subyace a estados patológicos diversos, como por ejemplo la vigilancia contra el cáncer, la susceptibilidad a infecciones, las inmunodeficiencias y la autoinmunidad.