Introducción

Históricamente el uso de drogas en psicoterapia ha sido visto como algo antagónico. La comunidad psicoanalítica ha rechazado el uso de medicación psicotropica sobre la base de que usando medicamentos para atender o suprimir los síntomas depresivos o ansiosos, se obstruiría el acceso a los conflictos psíquicos y de esa forma se impediría el progreso del tratamiento analítico, ya que "el paciente que está muy confortable, tiene poca motivación para el trabajo analítico". De tal manera, que solo si los síntomas son suficientemente severos como para poner en riesgo la situación analítica, se le prescribirían medicamentos, y aun entonces esto seria considerado, en el mejor de los casos, como un mal necesario.

Otras hipotéticas interacciones negativas propuestas por el psicoanálisis han sido, que las drogas pueden funcionar como un efecto placebo negativo aumentando así la dependencia del paciente, también que las drogas pueden eliminar un síntoma pero crear otros por sustitución, permaneciendo intacto el conflicto subyacente. También se ha dicho, que el efecto placebo de la medicación alienta el pensamiento mágico y que su indicación podría además, ser experimentada como un ataque narcisista por aquellos pacientes quienes perciben a la psicoterapia como una forma más saludable y socialmente aceptable de tratamiento. Y por ultimo, se piensa que la inclusión a la situación analítica de fármacos introduce artefactos que confunden la transferencia.

Por muchas décadas, muchos psicoanalistas han parecido ignorar las frecuentes referencias de Freud a la química de la mente y su visión sobre el potencial de la farmacoterapia fue mucho más abierta y optimista que la de muchos de sus seguidores. Escribió en 1938 en Esquema del Psicoanálisis; " El futuro puede enseñarnos como ejercer una directa influencia por medio de sustancias químicas particulares sobre las cantidades de energía y su distribución en el aparato mental. Quizás surjan aun otras posibilidades terapéuticas todavía insospechadas."Escribe también en Esquema del Psicoanálisis; " Tendremos en cuenta que los fenómenos que nos ocupan, no pertenecen únicamente a la psicología, sino que también tienen su faz organico-biologica y en consecuencia al construir el psicoanálisis también hemos hecho importantes descubrimientos biológicos y no pudimos rehuir nuevas hipótesis de esta índole."En su Autobiografía Freud afirma, "Para evitar equivocas interpretaciones haré constar que estoy muy lejos de negar la existencia del conflicto psíquico en la neurastenia, me limito a afirmar que los síntomas de estos enfermos no se hallan determinados psíquicamente ni son susceptibles de supresión por medio del análisis, debiendo ser considerados como consecuencia tóxica directa del quimismo sexual". Y en Duelo y Melancolía Freud expresa; "En el cotidiano alivio del estado melancólico durante las horas de la noche, debe intervenir un factor probablemente somático inexplicable desde el punto de vista psicogeno".

Solo es posible entender esta rígida persistencia de la dicotomía entre Biología vs. Psicología y Drogas vs. Psicoterapia como una manifestación del dualismo mente cuerpo, lo cual ha sido la visión fundamental de la naturaleza humana en nuestra sociedad. Este dualismo, en su más antiguo origen, es la creencia de que el hombre posee un alma inmortal que puede existir sin un cuerpo. A partir del siglo XVII con Descartes, la psicología pudo desarrollarse aparte de la teología, pero la visión de una mente racional independiente del cuerpo enraizó más este dualismo y esta dicotomía cartesiana se apoyo en leyes de lo psicológico distintas de leyes de lo físico.

Desde sus raíces en la neurología, el Psicoanálisis y la Psicoterapia han llegado a ser del dominio de psiquiatras y terapeutas no médicos, que progresivamente han quedado apartados de la medicina, aumentando cada vez más su interés en la mente pero apartándose al mismo tiempo de su interés en el cuerpo. De esta manera, la investigación somática y el movimiento Psicoanalítico se han desarrollado en gran parte separadamente, desviándose así de los esfuerzos integracionistas de Freud.

En 1950 el tratamiento somático fue revolucionado por el descubrimiento de las principales clases de drogas usadas actualmente. En las siguientes décadas él numero de pacientes tratados ambulatoriamente con drogas aumentó y la polarización entre lo biológico y lo psicológico empeoró. Los dogmáticos, cada uno desde su lado, piensan que solo su método cura. Los creyentes en la psicoterapia dicen que la medicación es temporal y superficial en su efecto y que las drogas son muletas que restan autonomía. Los farmacólogos por su parte, aseguran que los pacientes solo tienen un desbalance químico y por tanto ven a la psicoterapia tambien como una muleta que socava la autonomía.

Desde cada lado cometen un error científico, alegando que solo ellos tratan la etiología subyacente. Nosotros no sabemos la causa de las enfermedades mentales. Solo podemos identificar conflictos psicodinamicos y anormalidades bioquímicas en ciertos síntomas, pero es un error confundir estos hallazgos con la etiología de un síndrome. Cada desorden en la conducta tiene su sustrato neuroquímico, el cual puede haber sido inducido o por factores psicógenos o por factores psicosociales

Freud nos dice en 1912, en Dinámica de la Transferencia."Habremos de prevenirnos de nuevo, en este punto, contra un injusto reproche. Porque hacemos resaltar la importancia de las impresiones infantiles, se nos acusa de negar la que corresponde a los factores congénitos (constitucionales). Este reproche tiene su origen en la limitación de la necesidad causal de los hombres, que en abierta contradicción con la estructura general de la realidad, quisiera darse por satisfecha con un único factor causal. El psicoanálisis ha dicho muchas cosas sobre los factores accidentales de la etiología y muy pocas sobre los constitucionales, pero solamente porque sobre los primeros podía aportar gran cantidad de nuevos datos y, en cambio, de los últimos no sabía nada especial, fuera de lo generalmente conocido. Rehusamos establecer una oposición fundamental entre ambas series de factores etiológicos, y suponemos, más bien, la existencia de una colaboración regular de ambas para la producción del efecto observado. El destino de un hombre es determinado por dos poderes -disposición y azar- y muy rara vez, quizá nunca, por uno solo de ellos. Solo individualmente y en cada caso particular, es posible aquilatar la participación de cada uno en el proceso etiológico. La serie formulada por las combinaciones de ambos factores en distintas magnitudes ha de tener, desde luego, sus casos extremos. Según el estado de nuestro conocimiento, estimaremos diferente la participación de la constitución o de las experiencias en cada caso particular, conservando siempre el derecho de modificar nuestro juicio conforme a los progresos de nuestro saber" (fin de la cita).

Afortunadamente los avances en neurociencias han debilitado viejos prejuicios acerca de cómo ambas formas de tratamiento afectan tanto a mente como a cuerpo y pareciera que muchos analistas están reconsiderando este punto de vista y ahora utilizan fármacos cada vez más en forma combinada con el tratamiento analítico. Lo que hasta ahora parecía solo una tendencia comienza a ser documentada y publicada en revistas científicas y el miedo de psicoanalistas ortodoxos de que las drogas interferirían con los fenómenos de la transferencia o que podrían reducir la motivación del paciente a la terapia está ahora sujeto a revisión por su dudoso fundamento.

Donovan, en 1995 publica en la primera revisión realizada sobre el tema, los resultados de un estudio con 227 pacientes sometidos a análisis en un periodo de 5 años y de 45 analistas encuestados acerca del efecto de la medicación, tanto sobre la evolución del proceso analítico, como sobre la patología de los pacientes en análisis.

El 21% de los pacientes tratados por el grupo de analistas encuestados recibían medicación y de este grupo el 84% experimentó mejoría, no solo en la condición clínica del paciente sino también en el proceso analítico, a juicio de sus analistas.