Oncogenes

Inicialmente los oncogenes ( Griego: onkos= masa o tumor) fueron identificados en virus capaces de inducir tumores en animales o transformar células in vitro. Muchos de estos virus poseen genomas basados en ARN y pertenecen a la familia de "retrovirus" los cuales se replican a través de la síntesis intermediaria de ADN en las células infectadas. Los oncogenes portados por dichos virus poseen alta homología con genes muy similares en las células animales (Proto-oncogenes). La observación inicial que implicaba la correlación entre virus y cáncer la hizo Rous en 1910 cuando demostró que un agente filtrable (virus) era capaz de inducir cáncer en aves. Fue luego de cincuenta y seis años cuando su trabajo fue reconocido con el premio Nobel. Desde entonces se han encontrado muchos retrovirus responsables de la transformación maligna de muchas especies, incluso en mamíferos, sin embargo no muy frecuentes en humanos. A pesar de todas estas evidencias, la correlación directa entre retrovirus y cáncer en humanos permanece aún no muy clara.

Por lo general, la identificación de oncogenes, hasta el momento, se ha hecho utilizando un procedimiento experimental llamado transferencia genética. De manera muy breve, este procedimiento se basa en la transfección (transferencia) del ADN proveniente de células malignas a células normales. En condiciones de cultivo in vitro, las células normales crecen en una sola capa sin tocarse la una con la otra. Al adquirir el fenotipo maligno, comienzan a crecer una encima de la otra formando cúmulos de células en cultivo. Se puede recuperar el material genético transferido e identificar los genes responsables de los cambios malignos y de esta manera aislar potenciales oncogenes.

Hoy día se conocen un gran número de proto-oncogenes. Su participación en términos del control del crecimiento celular es bien complejo y puede involucrar la interacción con muchos otros proto-oncogenes. Podemos clasificarlos de acuerdo a su localización y función en:

El producto normal de los proto-oncogenes puede ser alterado por muchas vías y generar pérdida en el control de los mecanismos que gobiernan la actividad normal de la célula y transformarla en células cancerosas (Figura 2). Estas alteraciones a nivel molecular la podemos resumir en lo siguiente:

Figura 2