Introducción
Médico Gineco Obstetra con post grados
en Infertilidad, Sexología y Salud Pública; político intachable,
escritor y cronista; hombre de la tierra por decisión y convicción.
René Silva Idrogo, a sus 69 años de edad, nos permite un acercamiento
a su entorno íntimo, nos deja dar un vistazo a su vida, esa que indudablemente
lo condujo a los brazos de la medicina y lo encaminó a las lides de las
letras y el batallar incesante de la política.
Circunstancialmente nació en Caracas el 8 de diciembre de 1935. Sin embargo, su vida ha transcurrido en Ciudad Bolívar, capital del estado Bolívar, al sur-este del país. A Caracas volvió 15 años después para culminar el bachillerato que la provincia no le ofrecía.
“Salí con destino a Caracas en un avión Douglas DC-3, a estudiar 5to año de bachillerato, ya que en Ciudad Bolívar sólo se estudiaba hasta el 4to año. Fue así como tuve el privilegio de conocer los últimos años de la vieja carretera Caracas – La Guaira y disfrutar una travesía hermosa, en la cual el carro subía comiéndose la montaña, asomándolo a uno a una ciudad de niebla, de una montaña fría, tras la cual anidaba un valle de muchas y diferentes promesas”.
Las circunstancias hicieron que el joven Silva Idrogo, al terminar los estudios medios, partiera de Caracas en dirección al occidente del país, hacia Maracaibo, con la finalidad de iniciar sus estudios de medicina. La Universidad Central de Venezuela (UCV) había cerrado sus puertas, hecho que no frenó las ansias de conocimiento y la vocación del futuro médico. Pese a esto, por las venas de este hombre corría el amor y la necesidad de ser ucevista.
Para aquel momento, Venezuela contaba únicamente con tres centros universitarios: la Universidad Central de Venezuela en la capital, Caracas, La Universidad del Zulia en Maracaibo y en Mérida la Universidad de Los Andes.
“Apenas reabrieron la UCV, regresé a Caracas. Sentía que más que un estudiante de provincia, yo era un estudiante ucevista. Al entrar a la Universidad, una de las primeras cosas que hice fue integrarme a los grupos culturales. Conocí, sin participar directamente, a los miembros del “Techo de la Ballena”. También me integré a la vida política que se gestaba en los pasillos y aulas de la Universidad y que buscaba la caída del régimen dictatorial del General Marcos Pérez Jiménez”.
Fue así como entre una y otra cosa el devenir de la vida de este joven guayanés transcurrió y ha transcurrido en un ir y venir entre muchos caminos que le han permitido, no sólo experimentar, si no conducirse con éxito a través de campos tan diferentes como la medicina, el arte de la palabra escrita y la política.