Paul Smaglik


El 30 de agosto Harold Varmus, director del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, invitó a todos los miembros del mundo de la publicación científica, a que asistieran a una reunión en la que informaría sobre la última versión de la evaluación por pares de artículos al alcance de todos. Luego de varias semanas se espera observar quien asistirá.

La gala en cuestión es la Central PubMed , un almacén de datos de investigación en Internet que Varmus propuso por primera vez el 5 de mayo bajo la denominación de E-Biomed. Luego de unirse en enero del 2000 a la popular página Web PubMed, el almacén de información que adoptó un nuevo nombre, contendrá dos clases de investigaciones: trabajos no evaluados por pares, que incluyan quizás ensayos negativos e información preliminar, así como versiones de texto completo de artículos revisados por pares que hayan sido publicados en otras revistas.

La viabilidad de la Central PubMed puede depender perfectamente de cuántos invitados sobresalientes se den cita -revistas de alto impacto y de gran visibilidad como Cell, Science y Nature. Muchos rechazaron la propuesta inicial de Varmus al alegar que si ofrecían los artículos sin costo alguno disminuirían el flujo de ingresos. En particular grandes editoriales, tales como Elsevier Science y John Wiley & Sons, criticaron la propuesta inicial de Varmus.

Hasta este momento pocos invitados han aceptado la idea -pero también son pocos los que han rehusado expresamente. Organizaciones científicas que publican revistas aún consideran cuidadosamente los pro y los contra de unirse a la Central PubMed , señala Howard Garrison, director de asuntos públicos en el Bethesda, Maryland, sede de la Federation for the American Society of Microbiology. Sin la participación de actores de alto impacto u organizaciones científicas, la Central PubMed recibiría sólo invitados menos sobresalientes y de bajo impacto, en consecuencia la credibilidad se debilitaría, manifiesta Stevan Harnad, profesor de ciencias cognoscitivas en la Universidad de Southampton, Inglaterra. No obstante se espera apreciar si esto sucederá.

La calidad de los invitados a la reunión podría orientarse en cualquier dirección, indica Harnad. "El peor panorama corresponde a que la Central PubMed se convierta en un almacén de información para las revistas más débiles -de esta manera se confirmaría que las revistas con acceso gratis son las débiles y las que fijan cuotas de suscripción son las fuertes. El mejor panorama es que las revistas bastante buenas se unan y lleguen a ser mucho más poderosas adheridas a la comunidad de investigación mundial que crea una corriente de presión".

David Lipman, presidente del National Center for Biotechnology Information del NIH, señala que aunque las editoriales de la revista controlasen la provisión de artículos a la Central PubMed, la comunidad científica controla la demanda. Lipman cree que la demanda podría, en última instancia, suministrar la provisión. "Si los mismos científicos se comprometen con este nuevo enfoque, entonces considero que muchas más revistas participarán dentro de poco tiempo".

Hasta ahora, de las 20 revistas en la cima en términos de impacto sólo una -la European Molecular Biology Organization, (EMBO) en Heidelberg, Alemania- acordó divulgar sus artículos en la PubMed, seis meses después de la fecha de publicación inicial. Por su parte, la American Society for Cell Biology también publicará artículos gratis en la página Web, dos meses después de la fecha de publicación. Así mismo la National Academy of Sciences, NAS también considera poner al alcance de todo público los Proceedings of the National Academy of Sciences. Finalmente el consejo directivo de la NAS espera anunciar sus intenciones en los próximos dos meses.

Robert Schwartz, editor adjunto de New England Journal of Medicine, quien criticó el plan inicial de Varmus, llamó a las revisiones de Varmus como "una mejora substancial". La revista contenía todo, pero descartaba colaborar con la versión original, no obstante él insinúa que la participación puede ser posible, puesto que Varmus actualmente acepta presentar un artículo en la página Web hasta un año después que ha sido publicado. Este compromiso puede mantener satisfechos tanto a las editoriales como a los lectores y, en lo sucesivo, garantizar que cada grupo forme parte del proyecto de Varmus.

Paul Smaglik puede contactarse en la dirección electrónica psmaglik@the-scientist.com