Introducción

En este trabajo quiero ilustrar con un ejemplo clínico la manera en que, tanto sueño como síntoma funcionan como la vía regia de acceso al Inconsciente.

El síntoma, más que un obstáculo que hay que salvar, se comporta como un facilitador a la manera del sueño. Ambos como expresión de retorno de lo reprimido; el síntoma -como paradigma de un proceso patológico- y el sueño -como abanderado del proceso inconsciente en el mundo de la normalidad- marchan juntos a lo largo del tratamiento, a la vez que representan un camino expedito privilegiado que posibilita la vuelta de lo reprimido.