Introducción

Se estima que para el año 1993, ocurrieron entre 150.000 y 170.000 nuevos casos de cáncer de colon y recto (1). En menos del 40% de los casos se logra hacer el diagnóstico temprano (lesiones T1 y T2) de estas neoplasias y, sabemos, que la tasa de sobrevida general a 5 años es de aproximadamente 50%, sin que haya variado mucho en los últimos años. En 1997, se diagnosticaron 131.000 nuevos casos y 54.900 Norteamericanos murieron por esta enfermedad. Esta neoplasia predomina en hombres y su incidencia crece progresivamente desde la 2ª década de la vida hasta la 8ª. Para el momento del diagnóstico, 20% de los pacientes tendrán metástasis a distancia; la sobrevida a los 5 años en pacientes con metástasis a distancia es de aproximadamente 5% (2).

Se han estudiado diversos síndromes hereditarios polipoideos y no polipoideos que se presentan con una muy elevada incidencia de cáncer de colon, sin embargo, estos constituyen menos del 7% de todos los casos de cáncer de colon reportados(2).

Se sabe que entre los factores de riesgo(2) para el cáncer de colon se encuentra el antecedente de familiares cercanos con la patología, sobretodo si existen varios afectados y si padecieron la enfermedad antes de los cuarenta años.

Los sitios de metástasis más frecuentes del cáncer de colon son el hígado y los pulmones, menos frecuentemente invade los ovarios. Los ganglios del Mesocolon son las primeras estructuras en ser invadidas generalmente.

Lo curioso del caso que presentamos es que ocurrió cáncer de colon en una mujer jóven con la presencia, para el momento del diagnóstico inicial, de un tumor adrenal izquierdo, el cual resultó ser una metástasis a ese nivel del tumor primario, presentándose en el lado contralateral y sin evidencia clínico-patológica de infiltración de los ganglios linfáticos regionales.