Confirmación del agente causal del SRAS

El proceso de confirmación de un nuevo patógeno como agente causal de una enfermedad es un proceso riguroso. No basta con la detección morfológica, genómica o serológica Para confirmar que el nuevo coronavirus es el agente causal de SRAS es necesario que se cumplan los postulados de Koch, los cuales establecen que el patógeno debe encontrarse en todos los casos de la enfermedad, debe ser aislado del paciente y crecido en cultivo, luego el cultivo puro del agente debe ser inoculado en un hospedador susceptible sano reproduciendo la enfermedad original y por último el mismo agente debe ser aislado de nuevo a partir del hospedador infectado experimentalmente(11).

Para tratar de reproducir la enfermedad en un hospedador susceptible, científicos del Erasmus Medical Center en Rotterdam, The Netherlands, infectaron experimentalmente tres grupos de monos; el primer grupo con cultivos de coronavirus, el segundo con cultivo de metapneumovirus y el tercero con coronavirus seguido de metapneumovirus. Solamente los monos, infectado con coronavirus desarrollaron SRAS, incluyendo síntomas clínicos y lesiones patológicas vistas en pacientes que murieron de esta enfermedad. Los monos infectados con metapneumovirus, desarrollaron una ligera rinitis y los infectados con los dos virus tuvieron una enfermedad similar a la vista en los infectados únicamente con coronavirus; lo cual demuestra que el coronavirus por sí solo es capaz de causar los típicos síntomas vistos en pacientes con SRAS.

Características biológicas de los Coronavirus
Los Coronavirus, son virus pertenecientes a la familia Coronaviridae, Orden Nidovirales; son esféricos, envueltos y pleomórficos, de simetría helical, tienen un diámetro de 80-160 nm que al microscopio electrónico tienen la apariencia de estar rodeados por un halo o corona a la que deben su nombre(12). (Figura 1).

Los coronavirus son virus ARN, de simple cadena no segmentada y de polaridad positiva, con 27 a 31 kilobases (kb) de longitud siendo los virus ARN más largos conocidos funcionando directamente como un ARN mensajero (ARNm)(12).(Figura 2).En el virus se observan 5 proteínas estructurales; la glicoproteína integral de membrana “M” o E1, que determina la salida del virus de la célula y forma la envoltura viral; la glicoproteína peplomérica de la superfice “S” o E2, la cual es el principal antígeno e interviene como receptor en el enlazamiento y la fusión celular la proteína Hemaglutinina-Esterasa “HE” o E3, la cual forma proyecciones cortas en la superficie y puede tener actividades de enlazamiento y hemaglutinación; la proteína de la nucleocápside “N”, que es una fofoproteína básica y la proteína pequeña de la membrana “sM” detectada en Virus de bronquitis infecciosa en aves y Virus de lagastroenteritis transmisible porcina(13). (Figura 3)La especificidad antigénica del virión puede ser determinada por ensayos de neutralización (Proteínas S y HE) o fijación de complemento(Proteína M); la inmunidad protectiva es inducida en forma de anticuerpos neutralizantes e inmunidad mediada por células (Proteína S)(12).

La replicación de los coronavirus comienza con la entrada del virus a la célula por fusión celular y endocitosis mediado probablemente por E2 o S; posteriormente 20 Kb de la cadena de ARN(+) son traducidos para producir una polimerasa viral que genera una cadena de ARN(-), la cual es usada como templado para producir un grupo de transcritos de ARNm (5-7), solapados, con 3’ finales comunes y secuencia leader común (70 bases) hacia el 5’ final. Cada ARNm es monocistrónico y produce un polipéptido; estas estructuras inusuales citoplasmáticas no son producidas post-transcripcionalmente sino durante la transcripción mediada por la polimerasa, ya que entre cada uno de los genes hay una secuencia intergénica repetida UCUAAAC la cual interactúa con la transcriptasa haciendo que la secuencia patrón sea leída y escindida sucesivamente en cada marco de lectura abierta, fenómeno que favorece la recombinación genética(12). (Figura 4)

Estos virus causan infección respiratoria en humanos siendo los tipos 229E y OC43 agentes etiológicos del resfriado común; ocasionalmente pueden producir neumonía en personas de edad avanzada, neonatos y pacientes inmunocomprometidos. También producen infección respiratoria, gastrointestinal, hepática y neurológica en animales encontrándose en aves, cerdos, perros, gatos, roedores y ganado De acuerdo a su composición antigénica los coronavirus se ubican en tres grupos distintos siendo el 229E y OC43 pertenecientes a los grupos I y II respectivamente(12).

Origen del nuevo coronavirus

El genoma de los virus Influenza está formado de 8 fragmentos de ARN los cuales pueden ser intercambiados cuando virus genéticamente distintos se replican en un hospedador intermediario; algunos autores opinan que las pandemias originadas por virus Influenza parecen tener un origen agrícola y las vinculan con la cría de patos y cerdos en China. Las epidemias anuales o bienales son por lo regular, el resultado de mutaciones; sin embargo los virus pandémicos de influenza se originan cuando segmentos genéticos de dos cepas de Influenza se asocian para producir un nuevo virus capaz de infectar a los humanos, las aves acuáticas como los patos constituyen grandes reservorios de virus Influenza y los cerdos funcionarían como “vasos mezcladores” para la generación de nuevas cepas de influenza en mamíferos; la cría conjunta de cerdos y patos, practicada en China durante siglos, proporciona el mecanismo para crear nuevos recombinantes del virus Influenza, capaces de generar una nueva pandemia(14). Los coronavirus tienen el genoma más largo de todos los virus ARN y frecuentemente recombinan no sólo entre ellos mismos, sino dentro de la familia, teniendo además una alta tasa de mutación; ya que los coronavirus infectan animales, un mecanismo parecido a lo que sucede en Influenza podría explicar el origen de SRAS. (Figura 5).

 

En ocasiones los coronavirus son capaces de adicionar trozos de nucleótidos a su genoma cuando ellos se insertan al ADN del hospedador durante su ciclo de vida, estas porciones de ADN pueden actuar como marcadores que permiten determinar de cual animal ellos proceden, lo que puede ser usado para deducir si este coronavirus proviene de la recombinación de virus animales(12).