El virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) produce una caída sostenida y significativa del número de linfocitos T CD4 positivos, tanto en la sangre como en los tejidos. Compromete igualmente la función de los macrófagos, a los cuales infecta. De esta forma interfiere con el principal mecanismo defensivo del organismo humano frente a los hongos (1, 13, 18, 37). En la medida que la pandemia del SIDA fue creciendo, se convirtió en el principal factor predisponente para varias micosis tanto superficiales como profundas. Todas ellas presentan un cuadro clínico diferente del que originan en personas no infectadas por el HIV, en general son más diseminadas, su curso es más agudo y la evolución más grave. Algunas infecciones fúngicas son una causa frecuente de muerte en los enfermos con SIDA, como es el caso de la criptococosis y la neumocistosis, por la frecuencia de su aparición y evolución recidivante, como las candidias bucofaríngeas y esofágicas, empeoran el estado general de los pacientes precipitándolos, a veces, en la caquexia.

En este trabajo describiremos los cuadros clínicos de las micosis en pacientes HIV positivos, los métodos útiles para el diagnóstico de estas complicaciones y sus tratamientos.