Discusión

El acné por hidrocarburos es la segunda causa de dermatosis ocupacional mas frecuente, después de la dermatitis por contacto. La Elaioconiosis, que es la producida por contacto directo con hidrocarburos derivados del petróleo (aceites de corte como gasolina, querosén, diesel y lubricantes), es el tipo de acné ocupacional más frecuente (1). Estos aceites insolubles impregnan las ropas y la piel produciendo taponamiento del folículo pilosebáceo. Esta obstrucción folicular, asociada a malos hábitos higiénicos, puede llevar a sobreinfección bacteriana secundaria (como en el caso del paciente número dos), también a foliculitis superficial y profunda como complicación del cuadro.

La Fisiopatogenia difiere con el acné vulgar, no sólo porque se produce un taponamiento folicular de tipo mecánico a causa del aceite, además tiene otros efectos sobre la unidad pilosebácea:

  1. Estimula la proliferación e hiperqueratinización del epitelio folicular, provocando compactación de las células queratinizadas, que a su vez salen por el orificio generando el comedón.
  2. Tiene efecto bacteriostático, que impide la colonización por el P. acnes
  3. Un efecto tóxico que induce una respuesta inflamatoria perifolicular, que resulta en daño al epitelio y ruptura del tejido, la cual puede evolucionar hasta la formación de abscesos (3,4 y 5).

Clínicamente, la Fisiopatogenia se caracteriza por la presencia de comedones abiertos y pápulas localizadas en áreas cubiertas por la ropa (tórax, abdomen, glúteos, muslos) y otras superficies de contacto (cara extensora de los miembros superiores), respetando la cara. También puede presentar áreas de foliculitis (como en el paciente número tres) y máculas hipercrómicas en la cara (6,7 y 8).

La Histopatológica se caracteriza por hiperqueratinización, taponamiento y dilatación folicular; con atrofia de las glándulas sebáceas (a diferencia del acné vulgar) y ausencia de bacterias; también presenta infiltrado inflamatorio en dermis. El diagnóstico diferencial debe realizarse principalmente con el Cloracné, otro tipo de acné ocupacional, producido por la inhalación de hidrocarburos halogenados. Este último es el indicador más sensible de la intoxicación sistémica por estos agentes, los cuales se encuentran presentes en productos como: pesticidas, preservantes de madera y laboratorios químicos. A diferencia del Elaioconiosis, el Cloracné cursa con manifestaciones sistémicas agudas (náuseas, vómitos, diarrea y artralgias) y crónicas (porfiria hepática, hiperlipemia, depresión y psicosis). Además, las lesiones son de localización facial (región malar) y genital (9 y 10).

La Elaioconiosis es de difícil manejo. Su tratamiento consiste principalmente en eliminar el contacto con el químico, además del uso de queratolíticos y comedolíticos tópicos. También se han utilizado antibióticos sistémicos como las tetraciclinas, por su efecto inmunomodulador sobre la quimiotaxis de células inflamatorias (11 y 12). En casos recalcitrantes se han utilizado retinoides sistémicos como la isotretinoína a dosis de 0,5 mg/kg/día por 12 semanas de tratamiento con buenos resultados (13). Es importante el uso profiláctico de ropas protectoras y guantes; así como adecuados hábitos higiénicos en los individuos con riesgo laboral para esta patología (1).